Land of Tender

7.7K 619 260
                                    

La habitación carmesí enrojeció la visión de Xie Lian, el suave dosel de seda igualmente roja caía a cada costado de la cama que se encontraba a un costado de la habitación finamente adornada, una pequeña mesa se cernía en el centro con una pila de hojas y tinta desperdigada, la gran ventana circular que reposaba tranquilamente tras la cama daba paso a los rayos luminiscentes de la luna sobre la elegante tela, pero Xie Lian no presto mucha atención a aquella hermosa y elegante habitación, su cuerpo se desvaneció totalmente mientras sentía el calor acumularse en sus venas, pero lo que le dolía aun mas era el mantenerse presionado contra el sólido pecho de Hua Cheng, su cuerpo siendo tomado por esas grandes y firmes manos,un gemido se escapo de su boca haciendo que el calor en su rostro aumentara, desvió la mirada a cualquier punto de la habitación lejano, un claro y estruendoso gruñido resonó por encima de él haciéndolo estremecerse en los brazos de Hua Cheng,  '¡Oh,no! Si esto sigue así entonces yo....'

El cuerpo entero de Xie Lian fue depositado en la suave seda de la cama, haciéndolo soltar otro jadeo, el adormecimiento rindió todos sus músculos, podía sentir con claridad aquel abrumador calor ahogarlo nuevamente, apretó los dientes fuertemente tratando de reprimir los sonidos que amenazaban en salir de sus labios, sus brazos seguían sosteniendo los hombros de Hua Cheng con toda la fuerza que le quedaba. Aun después de ser depositado contra la cama no pudo apartarse de aquel hombre que lo sostenía.
Temió a su situación actual, sabia que tenia que apartarse o eso podía volverse peligroso, pero cometió el grave error de vislumbrar las mandíbulas del hombre que lo aprisionaba firmemente tensas, contrastando de manera hermosa contra la palidez del rostro de Hua Cheng, pero la perdida de su cordura fue aquel ojo negro que brillaba como obsidiana resplandeciente ante la tenue luz que invadía la habitación.
Hua Cheng siempre había sido tierno y delicado con él, mas aun en sus momentos de intimidad, lo tocaba con total adoración asegurando su placer, aquellos momentos eran bañados con el sabor de la ternura, posesividad y el amor. Xie Lian conoció por primera vez el sabor del placer y la lujuria el los brazos de aquel hombre, hipnotizado por los dulces sentimientos reflejados en su mirada.
Xie Lian solía apartar la vista siempre con un notable sonrojo al ver aquel ojo que ardía lleno de afecto, pero ahora esa mirada a pesar de conservar esa naturalidad se había plagado de algo mas peligroso, la mirada de aquel hombre parecía arder, como si quisiera devorarlo, Xie Lian quedo atrapado en esa ardiente mirada, trago inconscientemente haciendo subir su manzana de Adán y sus piernas se cerraron lenta e inconscientemente, tensándose aun más en aquel calor que había empezado a surgir.

-S-San Lang...- La voz de Xie Lian se entumeció y tartamudeo

-Gege....por favor...no-

Al escuchar tan imponente voz semejante a un gruñido Xie Lian se estremeció y otro mareo lo golpeo, un extraño y pegajoso líquido había empezado a salir involuntariamente de entre sus piernas manchando la parte inferior de sus blancas túnicas, ochocientos años de suprimir sus más arduos y desesperantes deseos, para volver a caer por la fragancia de aquella flor. Xie Lian comprobó, aun sumergido en su aturdimiento, que no parecía importar la castidad arrebatada, el calor lo golpeo tan fuerte como aquella primera vez, pero esta vez se volvió completamente insoportable al ver el rostro de aquel Rey Demonio deformada en una mueca casi de dolor, mostrando sus colmillos y aquel ojo ardiente, su cuerpo se retorció en ansia.

-Yo..puedo lastimarlo si esto sigue así- Hua Cheng gruño quitándose los brazos de Xie Lian con facilidad y se levanto de esa extraña posición antes de voltearse para salir de ahí, Xie Lian se levanto levemente y antes de que Hua Chen pudiera apartarse por completo su manga fue sostenida, aquel hombre tenia la cara roja y los ojos llorosos y se aferraba a aquella manga con toda su fuerza residente, Xie Lian sabia que debía estar mostrando una imagen vergonzosa en este momento pero no le importó, esta vez no, realmente necesitaba a ese hombre encima suyo tocándolo por todas partes, lamiendo sus partes privadas, sumiéndolo a sus instintos mas primitivos, haciéndolo caer y de verdad que ya no le importaba suplicar por ello, mucho menos al sentir los músculos de su parte inferior tensarse deseosa de 'algo mas'. -Por favor... San Lang te necesito-.

Land of TenderWhere stories live. Discover now