Chapter 4: la culpa es mi carga

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-    ¿en serio Stiles? – Ivana se paseaba por el calabozo exasperada, Stiles por su parte estaba tumbado en la cama. – vale, admito, que fui yo quien te pidió que salieras al exterior, que te relacionaras – se paró de pronto para mirarle – pero por dios, la primera vez que me haces caso en algo, decides salir tres minutos – miro al techo rogando - ¡tres minutos! En los que agredes, amenazas y asustas a tres alumnos. ¿en serio?
Stiles la miro exasperado.
-    Déjame tranquilo de una vez – resoplo.
-    Te dejare tranquilo Stiles cuando empieces a comportarte como debes – la mujer se acarició las sienes. – no puedes pasar de cero a cien así como así. Es peligroso. – le miro -  y no solo para ellos, sino para ti también.
-    Bah – Stiles hizo un gesto para quitarle importancia con la mano.
-    No Stiles, date cuenta, fuiste tú el que me pidió estos calabozos para proteger a los demás estudiantes. – señalo a las paredes mientras no apartaba la vista del nigromante – de que me sirve hacerte caso si cuando sales al exterior, después de tanto tiempo, lo único que haces es pelearte.
-    no es culpa mía que en esta “cárcel” – hizo comillas con los dedos - dejen sueltos a imbéciles, como esos tres.
-    Esta “cárcel” – hizo comillas imitándolo – como tú dices, no lo es. Este lugar, es una escuela Stiles, aquí no estamos para encerrar y castigar a nadie.
-    ¿entonces qué hago aquí? – se levantómás molesto esta vez – si este sitio no es mi castigo, ¿Qué he estado haciendo aquí durante 10 meses?
-    Ooh con que ahora estamos molestos – se mofo la pelirroja – no puedes quejarte de nada de lo que has recibido.
-    El problema es que no entiendo porque he recibido este trato – las luces parpadearon haciendo que ambos miraran el techo.
-    ¿estas enfadado? – pregunto sorprendida. – lo estas. – afirmó.
-    No estoy enfadado, estoy molesto, no entiendo nada.
-    Stiles, estas empezando a sentir. – sonrió Ivana.


El brujo junto los labios de golpe.


-    Parece que algo va bien después de todo – suspiro la mujer – Stiles, viniste aquí por decisión unánime. Solo aquellos, cuyos actos son movidos por su propia maldad son castigados y retenidos, tu viniste aquí, porque siendo un humano en una manada de lobos, entraste en contacto con Dhamel. – Stiles rodo los ojos pero la mujer siguió – ella fue la que te concedió este – miro al chico pensando en la palabra – don,Stiles.
-    ¿don? – pregunto alejándose de ella – esto no es un don.
-    No, el modo en el que lo manejaste no lo hace un don. – suspiro levantándose de la cama. – tu obtuviste magia, y fue ella con la pena y ansias de venganza en tu corazón las que te convirtieron en esto.


Stiles se quedó callado mientras ella se acercaba a la puerta abriéndola. La palabra monstruo escrita en rojo.


-    El monstruo,Stiles – puso la mano en la puerta – es aquello con lo que te has de enfrentar todos los días. El monstruo, es aquello que hiciste, la gente que heriste y todo lo que perdiste. – suspiró - Tú no eres malvado Stiles, es solo que tu poder se llenó de oscuridad y esta te venció. – acaricio la palabra poco a poco – todos los que obtenemos nuestro poder de la oscuridad hemos pasado en mayor o en menor medida por lo mismo, al final eres tú el que deberá elegir. – Ivana le miro a los ojos – luchar o rendirte. Ser Stiles…, o ser el monstruo. Depende de ti.


El nigromante la miro un rato hasta que ella pasó junto a la puerta.


-    No borres esto – golpeo con un dedo el letrero de la puerta – hasta que no sepas quien eres. – y con eso dicho se marchó.


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-    Esto es un auténtico caos – gruño la encapuchada. Hacia dos horas que habían tenido el último roce con la manada de Beacon Hills, pero sabían que la paz duraría poco más, el alfa Derek siempre volvía a diferentes zonas del muro, buscando posibles huecos.
-    El muro los contendrá – Steve, su compañero pateo una piedra - ¿exactamente que estamos haciendo aquí? No pueden salir, no saben dónde está, no pueden hacer nada.
-    El muro no es infranqueable Steve – salto acallándolo – nuestro deber es custodiar esta ciudad. nada sale, nada entra.
-    ¿Por qué motivo? – volvió a saltar el hombre – llevamos aquí mucho tiempo, se nos acaban las provisiones en el campamento, Leonard casi pierde la cabeza el otro día por culpa de esos perros y el nigromante, por los últimos informes no da indicios de mejoría. No ha habido ningún indicio de peligro cerca de ese… - se mordió la lengua -De que nos sirve custodiar este muro si sabemos que no van a traspasarlo. Deberíamos estar vigilando tú ya sabes que en lugar de este estúpido claro.
-    ¡Steve! – fue a mandarle callar pero otro encapuchado llego junto a ellos. – ¿Tilus?
-    Buenas noticias – el pelirrojo bajito se acercó – he recibido información de Ivana, al parecer hay esperanzas en la reinserción del nigromante.
-    Bien – sonrió la encapuchada, pero al ver a Tilus que los miraba todavía sabía que aún faltaba algo. - ¿Qué más?
-    Bueno…, se nos ha ordenado vigilar la situación de la manada. – Steve resopló sonoramente -  El hecho de que haya seis alphas en una manada de tan pocos betas y humanos puede producir inestabilidad, sobre todo si el alpha principal esta desatendiendo sus obligaciones.
-    ¿Qué proponen que hagamos? – Steve se quejó – que impartamos clases.
-    Llegado el momento, si la cosa no mejora, tenemos permiso para llevar a cabo un conjuro de jerarquía.

Todo Lo Bueno Que Hay En Mi (sterek saga #2)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora