~Capítulo 15~

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*Feel my bones ignite

Luke intentó hablar, yo pasé rotundamente de él, cuando me cansé cogí mis cosas y me piré. Corrí hacia casa ya que había comenzado a llover, cuando llegué estaba empapada, así que corrí a la ducha. Oí gritos procedentes de la habitación de Oliver, no le hice mucho caso, seguramente estaría con Hannah y no me apetece verlos en plena acción. Se asomó un poco a la puerta y entró instantáneamente. Pude ver su pelo alborotado, sus ojos inchados y rojos, sin olvidarme de algunos rastros de lágrimas. Entré en el baño y me deshice de mi ropa, entré en la ducha, abrí el agua caliente e hice lo que se supone que se hace en una ducha, salí y me envolví en la toalla. Abrí la puerta y cogí una camiseta ancha que me llegaba por las rodillas y mi ropa interior, me puse la ropa y me tiré en la cama. Cuanto tiempo hacía que no estaba sobre este colchón. Este último mes lo había pasado durmiéndo en la habitación de Oli. Miré a mi alrededor, en mi mesita de noche había una pequeña caja de color morado metalizado cerrada con un lazo color plata junto a un sobre. Lo abrí y leí el contenido.

"Acabo de leer tu mensaje, supongo que esto es un adiós, espero que encuentres a alguien mejor.- lo cual es bastante fácil- Te quiero, solo espero que recuerdes eso, te quiero. Espero que te guste mi regalo, iba a dártelo después de salir de casa de Lee, pero no pude, feliz aniversario enana. Te quiero.

               Oliver."

Mis ojos se cristalizaron, pero mi vista se fue hacia una mancha en el papel. Me acerqué un poco, si, era sangre. Me levanté de la cama y fui a su habitación, estaba sentado en su cama, tiró algo rápidamente y me miró. Había estado llorándo, se le notaba, tenía los ojos rojos e inchados, y quedaban rastros de lágrimas en sus mejillas.

- Hola, ______.- dijo sonriendo.

- Tenemos que hablar.- dije sentándome a su lado.

- El mensaje me lo dejó muy claro todo.- dijo con un nudo en la garganta.

- No es sobre eso.- dije apartándo el pelo de su cara.

Sus ojos eran más tristes que nunca, y sentía como temblaba. Le cogí la mano y la acaricié con mi pulgar, se soltó y escondió sus dos manos tras las mangas.

- Eh, déjame esa mano.

Se resistió un poco, pero conseguí cogerla. Levanté la manga y allí estaba toda esa sangre. Abrí los ojos exageradamente. Volví mi mirada a Oliver, había vuelto a llorar.

-¿Te gustó mi regalo?- intentó cambiar de tema.

- No lo abrí.- respondí.

Pasé la mano por su mejilla para limpiarle las lágrimas y le abracé. Se quedó paralizado, cerré los ojos por un momento y sin darme cuenta comencé a llorar.

- Me lo habías prometido.- dije entre sollozos- Dijiste que no lo volverías a hacer, pasara lo que pasara, prometiste tirar todas las cuchillas.

Se quedó callado, no dijo nada ni me devolvió el abrazo, me separé de él.

-¿Dónde está la maldita navaja?

No respondió.

- Oliver, ¿dónde está la puta navaja?

Se quedó inmóvil, ni si quiera me miraba. Cogí un pañuelo y me limpié las lágrimas. Me agaché en busca de la maldita cuchilla que había usado. Vi algo brillar debajo de la cama, alargé el brazo y lo cogí, era la navaja. Me senté sobre la cama de nuevo, lo miré, pero él solo observaba sus manos. Arranqué las mangas de la camiseta y las corté a la mitad. Cogí la mano izquierda de Oliver y me agaché un segundo y le di un pequeño beso en la muñeca, busqué otro pañuelo y limpié la sangre, luego enrollé una manga en su muñeca y lo apreté para que dejara de sangrar, repetí todo con la otra muñeca y le abracé.

- No lo vuelvas a hacer.- susurré.

Levantó los brazos y correspondió mi abrazo.

- Lo siento, me vi acorralado, yo... yo...- hablaba con desesperación, seguía llorándo y estaba al borde de un ataque de nervios.

Acaricié su espalda y su pelo, intenté tranquilizarle, le di un beso en la mejilla, eso solía calmarlo, y así fue, volvió a respirar con normalidad, pero seguía llorándo.

- No quiero que te marches.- susurró- Se que Lee es mejor que yo, más agradable, gracioso, protector...

- Eh, para el carro- le interrumpí- tú tienes miedo de que me vaya con otro- asintió- y yo soy la que te ve cada poco en brazos de tu ex. Por mucho que quiera a Lee nunca te dejaría por él, es como mi hermano, nada más.

Se tranquilizó, con mis palabras, lo pude notar, se escondió en mi pecho como un bebé el cual necesita escuchar los latidos del corazón de su madre. Quería estar enfadada, pero no podía. Besé su cabeza y me tumbé en la cama, él tenía su cabeza en mi barriga, hacía pequeños círculos con los dedos sobre la tela que recubría mi piel. Pasó el tiempo y sus sonoros ronquidos inundaban la sala, dio una vuelta acabando en la cama, la curiosidad por saber el contenido de la caja me mataba así que me levanté despacio y entré en mi habitación, la cogí y volví junto a Oliver por si se despertaba. Mordí mi labio y deshice el nudo, abrí la pequeña caja y ahí estaban dos cartulinas rectangulares, las sostuve entre mis manos y leí su contenido. Eran dos entradas para ver a All Time Low en concierto con Sleeping With Sirens de teloneros. Mordí mi labio y me eché a su lado, me acurruqué en su pecho y lo besé.

- Te quiero, pequeño suicida.- susurré.

Hospital For Souls |Oliver Sykes y tú|Where stories live. Discover now