CAPITULO 2 NUEVO MUNDO

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Cuando recobre la consciencia estaba en un lugar oscuro y húmedo a demás había una presión extraña como si algo me empujara, y no podía abrir los ojos, después de un rato todo se encendió, como si hubieran encendido la luz, había un gigante que me sostenía, entonces levante mi mano y me sorprendí, era la mano de un bebe, no entendía nada, ¿Por qué era un bebe? Algo tenía que haber salido muy mal con aquella píldora.

Levante la cabeza y vi a una mujer de apariencia extraña, no parecía humana.

"Su alteza, es una niña." La mujer gigante que me sostenía hablo con la mujer tirada en el suelo.

"¿Esta sana? "Pregunto la que supongo es mi madre.

"Lo está, Su Alteza, ¿está segura de que debemos dejarla atrás?"

"Es demasiado peligroso a dónde vamos. La gente ya la está buscando, el fenómeno en los cielos se está aclarando ahora debemos movernos deprisa para que no la descubran. ¿Has encontrado ya una sustituta?"

"Si alteza, en la ciudad cercana, la hija de la primera esposa del general está dando a luz también"

"Bien, intercambia a mi hija con la hija de esa mujer, llévate a la otra y hazla aparentar que es mía."

"Alteza de verdad debemos hacerlo, su hija nacerá sin saber quién es, además nunca se puede saber cómo crecerá la otra niña, ¿y si se convierte en una víbora? Incluso cuando el talento de su pequeña alteza se conozca y crezca, por envidia podría intentar matarla, ¿no es mejor decir que nació muerta?"

Cada vez entendía menos lo que estaba pasando, acababa de nacer pero por lo visto mi madre ya iba a abandonarme y a acoger otra hija, además ¿qué era eso del talento?, ¿por qué iban a intentar matarme por tener mejor talento?

"Este mundo en el que vivimos no es justo o fácil, además estará mucho más segura así, mi mayor deseo es que sea una mujer sencilla y feliz, que no tenga nada que ver con nuestro mundo. Si es su destino nos encontrara, si no lo es entonces también está bien."

"Pero..."

"Basta Natsuki, haz lo que te digo"

"Si alteza, ¿desea cogerla por última vez?"

"Yo..." la voz de mi madre parecía dubitativa, con renuencia. "No es mejor que no lo haga, rápido vayámonos ya, debemos poder distraer a esos viejos monstruos."

"si"

Note un poco de aire y leves sacudidas junto con un poco de aire soplando en mi cara de recién nacida y supuse que estaban corriendo, después de correr lo que sería una media hora llegamos a una especie de ciudad antigua con grandes muros, saltaron el muro y empezaron a recorrer las calles, todos los edificios parecían basados en las antiguas dinastías chinas, al poco tiempo llegamos enfrente de unas puertas impresionantes donde ponía Xian Manor, se colaron dentro y llegamos a uno de los patios que estaba bellamente decorado con cosas lujosas, había una mujer gritando de dolor dentro junto con dos mujeres, y se escuchaba el llanto de un niño.

"Quienes son ustedes, nadie les ha dado permiso para entrar."

"Natsuki encárgate."

"Si Alteza"

"De qué demonios están a..." dejo de escucharse la voz de la mujer y se oía una respiración fuerte, como de alguien dormido. Incluso los jadeos de la mujer dejaron de escucharse.

"Acércame a mi hija." Natsuki se dirigió a la mujer, por fin podría ver su cara, moví mis pequeñas manitas para apartar la mantita y la vi. Su pelo era negro como el ala de un cuervo, sus labios eran rojos como la sangre, y sus facciones eran finas y justas, era simplemente hermosa, la mujer más hermosa que había conocido en mi vida. Pero, sus ojos, sus ojos eran simplemente como millones de estrellas, eran claros y brillantes, ojos de fénix, si salía como ella podría ocasionar grandes desastres en el mundo.

"Mi pequeña Xue'er, espero que en tu vida seas fuerte, decidida, pero con un corazón amable y justo, espero que seas realmente feliz en esta vida"

"Ge...gue...bo..." no podía gesticular ninguna palabra pero puse mi manita en su cara, pude ver cómo me amaba y cuanto le dolía separarse de mí, en ese momento me hice una promesa a mí misma, volvería a encontrar a esta mujer y le preguntaría porque me abandonaba cuando había tanto amor en sus ojos hacia mí, nunca nadie en mi vida me había mirado con unos ojos así, esta mujer definitivamente no me estaba abandonando porque si como me imaginaba, debía haber algo detrás de todo esto.

Mientras me daba una sonrisa gentil dijo "Natsuki déjala".

"Si alteza"

Me alejo de mi madre y me llevo dentro de otra habitación. Natsuki me dejo en brazos de la mujer que estaba tumbada en la cama y cogió a la otra niña de la otra mujer.

"Lamento esto Xue'er, espero que te hagas muy fuerte y vengas a buscarnos. Recuerda que incluso en el día de tu nacimiento los cielos te reverenciaron. Adiós pequeña."

Dicho esto Natsuki se alejó con la otra niña en brazos. Después de un rato la gente que estaba dormida empezó a despertar, mi nueva madre me noto en sus brazos y me miro todos parecían confusos pero lo atañeron todo al cansancio.

"Mi hija, mi amada hija, por fin te tengo en mis brazos. ¡Xian Feng! ¡Xian Feng! Mira te he dado una hermosa niña" la mujer estaba llorando desconsolada, aunque era pequeña seguía teniendo mis conocimientos médicos de la otra vida, y al estar pegada a su pecho pude notar que su latido era muy irregular, la mujer estaba severamente envenenada, y con la presión y estrés que dar a luz puso en su cuerpo sería una bendición si duraba más de dos días viva.

"Mi señora, el maestro está en el patio Li, la segunda concubina también está hoy de parto, se dice que los fenómenos en los cielos han podido ser causados por su bebe"

"Que tonterías son esas, mi bebe nació primero..." parecía que le estaba costando mucho hablar, la enorme decepción que estaba sintiendo estaba ocasionando que el veneno actuara antes, le quedaba poco tiempo.

"Habéis sido mis sirvientas de confianza por años, debéis prometerme algo, debéis proteger a Xue'er, conseguí que la emperatriz le concediera un matrimonio con su hijo, hasta que pueda salir de aquí debe de estar segura"

"Señora, ¿Por qué dice eso?, puede protegerla también usted" las sirvienta que había hablado estaba empezando a llorar, pero intento ser positiva, mi madre le dio una gentil sonrisa y bajo su mirada para hablarme.

"Xue'er debes de ser fuerte, sé que conseguirás grandes cosas en el futuro, por favor perdóname por no ser fuerte"

Sus latidos se estaban ralentizando, estaba a punto de morir, me dio lastima esta mujer, sus últimos momentos y ni siquiera había podido conocer a su hija, así que decidí darle al menos una sonrisa para que se pudiera ir tranquila al otro lado.

Con una lagrima solitaria rodando por su mejilla su corazón dejo de latir.

"¡Señora!", la sirvienta más joven se lanzó al borde de la acama mientras lloraba desconsoladamente, mientras que la mayor decidió sacarme de los brazos de mi madre y ponerme en una cuna cercana.

"Mei, no debes de llorar, es lo mejor que la señora por fin pueda irse de este infierno, al menos ahora podrá descansar en paz, la única pena es que haya dejado a esta pequeña criatura aquí"

"Pero..."

"Basta, cuida de la joven señorita mientras voy a avisar al maestro de la muerte de la señora"

Sin duda esto empezaba a ser interesante, por lo visto mi madre no me había dejado en un lugar tan bueno como creía.

Estaba en el cuerpo de un recién nacido así que estaba terriblemente cansada y me quede dormida.

Diosa del CaosWhere stories live. Discover now