Hermione Granger se ve envuelta en una complicada misión, que de ser realizada con éxito significará la salvación del mundo mágico.
Dejando atrás de sus dos mejores amigos, para aventurarse a esta nueva travesía en compañía del mortifago por excele...
Cuando el pasado ya no ilumina el futuro, el espíritu camina en la oscuridad. - Alexis de Tocqueville
Capítulo VII
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Todos fueron testigos de la mirada que Draco Malfoy le dirigió a su peor enemiga, todos se sorprendieron al notar preocupación en esos ojos grises, que siempre fríos se mostraban. Incluso todos se quedaron en silencio mientras el cuerpo del joven caía bruscamente al frío suelo. Nadie se atrevió a moverse, por miedo a ser sorprendidos por una emboscada, los mayores miraban estupefactos la escena mientras que los menores miraban hacia el horizonte, esperando encontrar señales de que era una trampa.
Los débiles rayos de luna iluminaban sus rostros y creaba un halo fantasmagórico a su alrededor, su pálida luz apenas podía traspasar las nubes de tormenta que lentamente se ceñían sobre la antigua y extraña casa, que esta noche daría asilo a los futuros héroes del mundo mágico...y al futuro traidor de la orden del fénix.
Reamus miró detenidamente a Hermione y la acuno contra su pecho, en un intento de acallar el dolor que trasmitía la expresión de su alumna. En su interior la rabia y el rencor comenzaron a bullir, haciéndolo sentir atormentado y débil, pero cuando su cuerpo comenzó a temblar, reacciono y sin decir nada camino hacia el interior de la casa.
Sin embargo nadie lo acompaño, los demás aun miraban como el cuerpo del enemigo convulsionaba violentamente mientras él, abría la boca desesperadamente en busca de aire. Sin embargo, nadie se nadie se acerco a su lado a verificar su estado.
Los más jóvenes de la orden, creían que lo correcto sería verlo morir, ver como su cuerpo se retorcía hasta que se quedara inmóvil. Para ellos, él era uno de los causantes de la muerte de Moody y cegados por el dolor, creían que dejar que Draco Malfoy muriera, sería hacer justicia.
Pero tras meditarlo un poco Ginny frunció el ceño y suspirando alzo su varita y con una floritura, gruesas cadenas rodearon las manos y tobillos del muchacho. Todos miraron sorprendidos como ella, caminaba hasta colocarse enfrente del mortifago, para después hincarse a su lado y comenzar a sanarlo lentamente.
Su padre la miro orgulloso al igual que su madre, quien se llevo las manos a la boca y contuvo un sollozo al ver la bondad de su hija. Sin embargo Harry frunció el ceño y se contuvo de ir a su lado y apartarla bruscamente de aquel detestable ser. Al mirar a su derecha observo como Ronald apretaba fuertemente los puños y miraba a su hermana como si fuera una desconocida, ambos no podían comprender como ella estaba ayudándolo.
-Tiene algo incrustado en el pecho - Habló Ginny en voz alta, mientras levantaba la mirada hacía los demás presentes - Necesito ayuda, no creo poder sacarlo sin lastimarlo más.
-Yo te ayudare - Reacciono rápidamente Tonks y se acerco a su primo - ¿Qué has hecho Draco?
Ginny la miro, sorprendida por la manera en que Tonks le había hablado, sabía que ella era prima de Draco, pero nunca creyó que la escucharía hablarle con ese tono suave y cariñoso.
