Capitulo 1

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Todas las parejas tienen altibajos; Jane y yo hemos vivido las muertes de mi padre y madre, de su madre y la enfermedad de su padre. Tenemos tres hijos, y aunque ninguno de los dos cambiaríamos las experiencias de la paternidad por todos los tesoros de Tutankamon, preferiríamos no revivir sus adolescencias. En todas estas situaciones jamas dude de mis sentimientos hacia mi esposa. Claro que hubo días en que evitamos mirarnos en el desayuno, pero nunca lamente haberla escogido ni que ella me hubiera escogido a mi. Creí que nuestra relación  era solida, pero hace poco mas de un año me di cuenta de que estaba en un error y esto desencadeno todo lo que iba a suceder.

Dada mi edad, cualquiera supondría que fue un incidente relacionado con la crisis de los cincuenta, tal vez un deseo repentino de cambiar mi vida o quizá un delito menor, pero no fue nada de eso. No, mi pecado fue una minucia en el contexto general, pero la hirió, nos lastimó y es en este punto donde debo comenzar.

Era el 23 de agosto del 2002 y esto fue lo que hice: me levante, tome el desayuno y pase el día en la oficina, como era mi costumbre. Llegue a casa a la hora de siempre y recibí una agradable sorpresa al ver a Jane preparando mi comida favorita en la cocina. Cuando se volvió a saludarme, me pareció que bajaba la vista, como si buscara ver si llevaba nada. Cenamos juntos y después me fui a sentar en mi estudio para revisar unos documentos legales. Note que Jane se hallaba de pie en el umbral de la puerta y su gesto transmitía una decepción que había aprendido a reconocer con los años, aunque no la entendí del todo.

-No tienes nada que decirme?-pregunto, tras un momento.

Dude , consciente de que esa inocente pregunta encerraba algo mas. Sin embargo, no supe que decir y cuando cruzamos las miradas, entendí que debía proponer algo.

-Como estuvo tu día?- pregunte finalmente.

Esbozo una extraña media sonrisa y se fue.

Ahora se lo que esperaba, pero en ese instante lo hice de lado y volví a trabajar, tachando esto como otro ejemplo del misterio femenino.

Esa misma noche mas tarde, me subí a la cama y apenas me estaba acomodando cuando escuche a Jane respirar profundo. Se encontraba recostada de lado, dándome la espalda y al notar que sus hombros se agitaban, me di cuenta de que lloraba. La garganta se me seco y sentí miedo;  me esforcé por no pensar en que algo malo le hubiera pasado a su padre o a los muchachos o que hubiera recibido malas noticias del medico. Le puse la mano en la espalda y trate de reconfortarla.

-Que sucede?- le pregunte.

-Feliz aniversario- murmuro, suspirando.

Veintinueve años, lo recordé demasiado tarde, y en un rincón de la habitación alcance a ver los regalos que me había comprado, perfectamente envueltos y puestos sobre la cómoda.

Muy simple, lo había olvidado. No tengo excusas ni podría tenerla aunque quisiera. Claro, me disculpe y volví a hacerlo por la mañana siguiente y después en la noche, cuando Jane abrió el perfume que había elegido con todo cuidado y gracias a la ayuda de una joven en Belk. Jane me sonrió, me agradeció y me dio unas palmadas en la pierna. 

Sentado junto a ella en el sofá, supe que la amaba igual que cuando nos casamos. Aunque al observar, quizá por primera vez, su forma distraída de mirar a otro lado y el aire triste con que inclinaba la cabeza, me di cuenta de que ya no estaba seguro de que ella me amara.


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⏰ Last updated: Jan 03, 2019 ⏰

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