En manos de la sociedad, uno nunca sabe, cuándo lo han de soltar. Que los vientos y valores se relacionan, van y vienen y aveces dejan de existir. Derrama los colores; los colores que en sus manos resguarda. Con los dedos se dispara y con ellos se promete, para cortar varias veces la piel. Se rompen a sangrar las llagas de la realidad, una realidad que no existe, la verdad de la imaginación.
Sonrisas falsas y todos podemos reír. Llorar no duele y llama a los ojos de los demás. El amor tiene tiempo, ni siquiera es real, todos lo piden y nadie lo siente. Todo es demasiado, todo es irreal, en la comunidad de gente que juega a ser de verdad. Todos son felices y la felicidad les duele, duele la ignorancia que los mantiene sonriendo. Una sonrisa preparada, un poder irracional, te golpea en las criadillas y les pides otro más.
La inmoral nos hace felices. Los anillos son varios, los colores también, y nuevamente, se rompen las llagas y las gotas de sangre, borran el arcoíris.
