capitulo II

157 7 1
                                    

                                                                          Capitulo II

Debra alzó la mirada nada más la puerta que dio un tremendo golpe. Sus ojos se abrieron de par en par cuando se encontró con ese hombre con un inmenso cabreo. No estaba segura de quien era, pero tal y como iba vestido debía de ser su jefe. Llevaba un elegante traje de corte italiano con los zapatos a juego, su cabello corto estaba echado hacia atrás y en la mano derecha sujetaba un maletín de piel.

Con paso decidido y rápido, se acerco a ella sin cambiar la expresión de su rostro, soltó el maletín en un asiento y golpeó la mesa con las dos manos.

—¿Quien eres tú?—.El tono de su voz era dos octavas más alto de lo debido.

—Mi nombre es Debra King—.No le habían gustado esas maneras por muy jefe que este fuera, lo cual no tenia muy claro—,la nueva secretaria.

—Error—una maléfica sonrisa asomó a su rostro—.La nueva secretaria ha sido despedida hace una ora.

—¿Perdone?—Debra se estaba calentando por momentos—¿Y quién es usted si se puede saber?

—Yo soy el dueño de esta empresa—dijo sin que esa sonrisa de superioridad desapareciera de la cara del señor Campbell. Este se incorporó retirando las manos de la mesa—,ese que ha perdido un tiempo precioso pues la que supuestamente era su nueva secretaria, no ha tenido la decencia de avisarle de la cancelación de una cita.

Debra se incorporó de su asiento y comenzó muy tranquilamente a recoger los pocos efectos personales que tenía, no salia de su asombro y le temblaba el cuerpo por entero. Su primer día y la acababan de despedir y para nada era culpa suya. Con ese pensamiento rodándole la cabeza se acerco a la puerta, agarró el pomo y giró su cuerpo mostrando la misma sonrisa que su ex jefe.

—Tengo una duda, señor Campbell—el tono que Debra usaba era el de saberse ganadora.

—Dígame señorita King—.Él no sabía por donde iban los tiros, no le gustaba la seguridad que esta mostraba tanto en su tono como en su porte.

—Nada más incorporarme a este puesto, he visto que dispone de tres agendas ¿me equívoco?

—Para nada, esta usted en lo cierto.

—Por lo tanto, usted dispone de una de las tres y por el tipo de tecnología de la que disponen aquí, estará conectada a las otras dos agendas que están en este despacho ¿sigo en lo cierto?

—Sí—.Las dudas comenzaron a reflejarse en su rostro mientras en el de Debra la sonrisa era cada vez mas amplia.

—E imagino que usted dispone de un móvil de ultima generación ¿verdad?

—Sí.

—Entonces señor Campbell, el problema de que usted haya perdido ese precioso tiempo no ha sido de su secretaria, la cual esta bastante capacitada para hacer un buen trabajo—.La sonrisa de los dos habia desaparecido—el problema ha sido suyo, enteramente suyo, pues si no sabe utilizar una tecnología tan sofisticada para comprobar su agenda o si tiene llamadas perdidas, no tendría que haber montado una empresa de estas características ya que, es usted el que no esta capacitado para su puesto de trabajo.

Dicho esto Debra salió por la puerta cerrándola detrás suyo. Se apoyó en esta unos segundos para respirar profundamente, y tranquilizar el temblor. Cuando se recuperó un poco, salió tan rápido como sus piernas le permitieron. No quería estar ni un segundo más en un sitio en el que no se la quería y se la trataba de esa manera.

Una vida como otra cualquieraDonde viven las historias. Descúbrelo ahora