CUPCAKES EQUIVOCADOS ©

» 03 | Encuentros.

James se movió algo incómodo en su silla en la sala de espera del hospital de Westdale. Sara Matthews le hizo ir al hospital para que tuviera una especie de revisión más completa, y aunque el pelinegro se negó de primera instancia, la rubia al final se salió con la suya.

A tres sillas de James, se encuentra David, el chico que en sus últimos momentos, Michelle le pidió que llamara. Cuando ambos se vieron por primera vez, David le preguntó el porqué Michelle pidió que lo llamasen a él y no a algún miembro de su familia, sin embargo, James no pudo responder esa pregunta.

— Riley tenía hoy una competencia en la universidad — la voz de David se oía triste — significaba todo para ella, logró ganarla. Riley nos contó y fue a festejar con sus amigos, supongo que Michelle no quería arruinarle la noche.

James agachó la mirada sintiéndose triste también, pero a la vez, comenzó a sentir algo de admiración por Michelle.

— De igual manera, acabo de avisarle a su hermana y a su padre. Llegarán en cualquier momento.

David le agradeció a James —con completa sinceridad— el gesto que tuvo con la chica, quedarse con ella, acompañándola hasta el último momento, sin dejarla a su suerte. James no supo qué decirle en respuesta, solo asintió y se fue apenas el médico le llamó para la revisión.

Ahora, James esperaba a la interna de medicina, la chica que le obligó a ir ahí en primer lugar. Sara Matthews, pues ella misma se ofreció a ir por lo que le recetó el doctor. James solo quería irse a su casa, tumbarse en su cama para dormir un poco, y así poder sacarse el accidente de la cabeza.

•••

Zach se estacionó en doble carril, en entrada del hospital de Westdale, a lo que Riley salió del vehículo a toda prisa, entrando al hospital directamente. A la par, Joy se apresuró a seguirle de cerca, cuidándole de que ella, en su desesperación, no fuera a causarse por descuido un accidente también.

Cuando Joy cruzó las puertas, chocó con alguien, un sujeto alto de ojos azules y de cabellera negra, humedecida, al igual que la ropa que lleva. Riley lo supo porque al chocar pudo tocarlas —en él área del pecho— cuando metió sus manos para protegerse. Riley supuso que el hombre estuvo bajo la lluvia, al igual que ella.

En otro momento, Riley se hubiera quedado mirándole por más tiempo, él es realmente atractivo y sus ojos le parecieron de lo más hermosos, pero ella tenía algo más en mente, alguien que la hizo apartarse lo más rápido del ojiazul. Su hermana Michelle.

— Lo siento, no fue mi intención — dijo ella, desviando la mirada y sacándole la vuelta lo más pronto posible.

Su rostro estaba —seguramente— hecho un lío, su maquillaje es a prueba de agua, y hasta ahora, gran parte de él aún sigue en su lugar. Sin embargo, sus ojos enrojecidos —debido al llanto— toman el enfoque por completo de su rostro.

Ella recorrió el lugar con su vista, no obstante, podía sentir como la mirada azulada del hombre permanecía sobre ella, haciéndola sentir expuesta.

Ignorando la mirada que sentía sobre su espalda, Riley se enfocó en encontrar a David. Lo localizó sentado en la sala de espera, con los hombros caídos, brazos cruzados sobre su pecho y con la mirada puesta en el suelo blanco del hospital. Riley sintió como su corazón volvía a latirle con fuerza.

Sin decir nada más, Riley corrió lo más rápido posible hasta la ubicación de David.

— ¡Riley!

Otra voz femenina captó la atención de James, una joven que aparenta tener la misma edad que la chica que chocó previamente con él. Debido a la pinta desarreglada y la humedad de su cabello negro —y de sus ropas—, James dedujo que ambas habían sido víctimas de la lluvia.

— Lo siento, con permiso.

La nueva chica, tomó del brazo a James, sacándole del camino. Los ojos azules de él siguieron la ruta de la pelinegra, notando que ambas fueron a la sala de espera donde él había dejado al novio de Michelle.

Sus ojos captaron el momento justo en el que David se ponía de pie para recibir a la castaña, sujetándola de los brazos en un intento de calmarla.

— ¿Dónde está ella? — preguntó ella entre llantos, tan fuerte que inclusive James y Sara pudieron escucharla.

David negó con la cabeza y Riley se soltó a llorar por completo. El chico la abrazó, mientras ella le golpeaba el pecho, negándose a creer la noticia que le daban.

— Debe ser la hermana — comentó Sara, sin despegar los ojos de la escena.

James asintió, imitando la acción de la rubia.

"Riley" había dicho David.
"Riley" le había llamado la pelinegra hace unos momentos.

— Riley — susurró James.

James sintió un ardor en sus ojos, la escena que estaba presenciando era desgarradora. No conocía a ninguno de los que estaban ahí, pero ver su dolor por el fallecimiento de un ser querido por ellos logró llegarle hasta el alma.

•••

Riley yacía arrodillada en el suelo llorando, mientras su amiga Joy la abrazaba con fuerza, junto con David, haciendo todo lo posible por tranquilizarla.

Zach llegó a toda prisa, unos pocos minutos después, tras haber aparcado correctamente el vehículo en el estacionamiento del hospital. Al ver a Riley forcejeando con David y Joy, en un intento de irse en busca de Michelle; fue hasta ella —apartando con cuidado a los dos mencionados con anterioridad—, rodeó con sus grandes brazos a Riley, demostrándole su apoyo.

— Tranquila, tranquila — pedía él con voz dulce y cálida, la muerte de Michelle le dolía también, pero en un lugar en donde todos estaban destrozados por la noticia, uno debía mantenerse fuerte por los otros y Zach aceptó esa responsabilidad —. Sé que es difícil, estoy, estamos aquí para ti.

Riley con el corazón hecho añicos, lloró sobre el regazo de Zach, sacando todo el dolor que sentía. Riley no comprendía como es que pudo pasarle esto, en un momento celebraba una gran victoria con sus amigos, y al siguiente, lloraba una completa derrota. Todo en un mismo día.

James aparató la mirada del cuarteto en la sala de espera, y salió del hospital con 'un sabor extraño en la boca'. Agradeció la ayuda a Sara Matthews y sin más, subió a su coche, dirigiéndose a su hogar.

Necesitaba dormir un poco, aunque con los recientes sucesos, le sería difícil, pero al menos lo intentaría.