Parte 2

408 10 2
                                    

Hoy era el día, hoy nos mudábamos a la casa de la abuela y por tiempo indefinido, dejamos nuestra casa, nuestra escuela y todo, ahora estábamos en el aeropuerto, estábamos a punto de subir al avión y nos estábamos despidiendo de papá

-Pasajes, pasaporte, marcadores de equipaje, ¿Qué nos falta? – preguntaba papá ansioso

-Nada, ya está, todo listo – decía Javier – Solo nos queda esperar

-Esperar, si, chicos los voy a extrañar- dijo mientras nos abrazaba- tu Nico, necesito que te portes bien ¿entendido? Nada de travesuras – le dijo al enano quien sonreía burlonamente y asentí –también para ti Pato, no vayas a hacer ninguna barbaridad

-Tranquilo papá – sonreí y le di un abrazo, papá volteo inmediatamente con Javier

-Hijo, cuídalos con tu vida, y cuidadito que se le acerque algún chico a Patito ¡he!

-¡Papá! – Exclame – de los chicos puedo defenderme sola

-Y aunque no me lo dijeras, yo no lo iba a permitir – le contestó mientras me alborotaba el pelo

-Oye – le di un codazo, él fingió dolor y después rio

-Dios! Aun no se van y ya los extraño – dijo volviendo a abrazarnos – me tienen que llamar todos los días ¿entendido? - todos reímos, a veces suele ser extraño, pero al final lo queremos mucho

El vuelvo había sido eterno, papá había sido astuto y había pedido que el vuelo sea de noche, para que durmiéramos la mayor parte del tiempo en el avión, pero cuando despertamos aún faltaba mucho para llegar

Era la primera vez que viajábamos en avión solos, pero papá nos dijo que deberíamos hacer, pues alguien iría a buscarnos, estábamos reunidos cerca de las escaleras, cuando una mujer alta y de cabellos dorados se acercó a nosotros, llevaba puesto un vestido celeste con florecitas rosas, ella me abrazo repentinamente

-Pato! – Exclamo muy contenta- Dios! Cuanto has crecido, mírate, estas hermosa! – ella me besaba en las mejillas mientras me quede paralizada

-¿Tía Ana? – pregunto Javier , ella me soltó y fue a abrazarlo

-Javier! Pero el tiempo no pasa en vano, mírate y tu – dijo acercándose a Nico – Tu debes ser el pequeñito Nico ¿cierto? – exclamo abrazándolo

-No! Yo no soy pequeñito – exclamo haciendo pucheros – Yo soy re grande – la tía Ana rio y no le contradijo – cierto, ya estás muy muy grande, soy una tonta – se golpeó la cabeza riendo – bueno, ¿están listos? Nos está esperando el remix

-¿Qué es un remix? – pregunte curiosa

-Es un Taxi, solo que aquí se dice remix – contesto ella mientras nos ayudaba a cargar la maleta y tomaba a Nico de la mano – Vamos, haya le aviso a Facu que ustedes ya han llegado – exclamo y nos pusimos en marcha

Durante el traslado, la tía Ana iba platicando de lo mucho que le gustaba regresar al lugar donde había nacido y nos señalaba los lugares donde ella había pasado su infancia, anécdotas que trataban de mamá también, y eso fue la primera vez que creí que había sido buena idea venir, pues podría conocer cosas de mamá que no sabía.

Cuando entramos a la colonia quede muy sorprendida, las casas eran enormes, y daban la impresión de que ahí vivía gente muy importante, la casa de los abuelos también destacaba, pero no por ser lujosa o grande, si no por sus colores cálidos y su apariencia sencilla

-Ya hemos llegado! –Exclamo la tía Ana, ella corrió a abrir la puerta – Vengan chicos, entren, para ver si alguien más ha llegado

Al entrar a la casa quede muy sorprendida, la casa era muy bonita por dentro, además de que era realmente espaciosa, y sus colores eran tan agradables, mire a Javier quien me sonrió y Nico hacia escándalo, la tía nos pidió que subiéramos para que viéramos el dormitorio

Nuestro Rincón de Luz!Where stories live. Discover now