Relato 1: Venganza

769 12 12
                                    

Diciembre 12

Observé los cuadernos que se hallaban apoyados en mi escritorio de clase. Si contara el número de hojas que había en total podría asegurar que eran miles. Y esa era mi tarea, los deberes que tendría que hacer estas Navidades.

— ¡No es justo!— Exclamé, recibiendo la mirada cansada del profesor. — ¿Por qué soy la única con ésta cantidad de trabajo?

El profesor abrió la boca y comenzó a hablar, a decir palabras que no escuchaba. Ya sabía cual era la respuesta, porque siempre ocurría lo mismo. No venía a clases todos los días, suspendía los exámenes o incluso me los saltaba y no los hacía nunca; excepto los finales. Eran los únicos exámenes a los que estudiaba y los aprobaba con muy buenos resultados, por esto soy capaz de acceder al siguiente curso. Pero a mis profesores no les agrada que sea así, y por ello recibía siempre el doble de trabajo que los demás compañeros.

Pero era tan injusto. Por culpa de esta infinita tarea iba a perderme las Navidades. Y me molestaba, y mucho. Tenía que despedirme de la fiesta de Navidad que íbamos a celebrar entre todas las clases, la que llevaba esperando con ganas desde Noviembre.

Diciembre 20

— Eve, ¿qué te parece?— Me preguntó Jenny, mi mejor amiga desde la infancia, quien salía del probador con un vestido rojo, elegante y vistoso.

La hice unas señas de manos como respuesta. Hermoso, el vestido era hermoso, pero la quedaba pequeño de escote. Jenny entendió mi mensaje y volvió a entrar en el probador.

Tenía tanta envidia. Ella iba a acudir a la fiesta, y yo en cambio estaré haciendo los trabajos... eso si no me quedaba dormida antes, claro.

Una persona se acercó a mí sigilosamente y un par de manos me taparon los ojos, impidiéndome ver.

— ¿Quién soy?— Me preguntó una voz masculina.

—  Arthur.— Respondí inmediatamente.

¿Quién iba a ser sino? Había sido en dos ocasiones mi compañero en laboratorio, y habíamos coincidido también unas cuantas veces en la parada del autobús. Era un pesado, y por alguna razón, lleva persiguiéndome desde los dos últimos meses. Agobiante.

Las manos me soltaron y Arthur apareció a mi derecha.

— No eres divertida.— gruñó. A cambio recibió mi sonrisa.

A continuación, Jenny apareció frente a nosotros con un sencillo y elegante vestido negro.

— ¿Qué tal éste?—  Preguntó, dándose cuenta de la presencia de Arthur segundos después.

— Preciosa.— Respondí. — El traje que llevaría si fuera a la fiesta.

Ella acabó comprando el vestido, feliz por mi sincero comentario, y terminamos los tres en una cafetería, tomando unos batidos y pasando la tarde. 

Diciembre 25

Hoy era el día de la fiesta. Me encontraba en mi escritorio con la cabeza apoyada en cima de los cuadernos, cansada de llevar toda la maldita semana haciendo los inútiles deberes. Y lo más gracioso era que todavía me quedaba más de la mitad, y pronto sería el día elegido para entregarlos. Si mi memoria no fallaba, la fiesta había comenzado hace una hora...

Unos golpes a mi ventana me sacaron de mis pensamientos. Me dirigí hacia ella y la abrí. Dirigiendo hacia abajo mis ojos, encontré a Arthur, buscando a sus alrededores algo a lo que subirse para llegar a la altura de la ventana. Al notar mi presencia decidió hablarme desde allí mismo.

— Eve, no sabía que hacías las tareas.— Bromeó.

— Incluso para mí es imposible aprobar sin hacerlas primero.— Dije en mí defensa. Era una mujer bastante trabajadora si me lo proponía.

Pequeñas historias de la vidaWhere stories live. Discover now