• Tiempo.

477 36 7
                                    

Aquel que no se detiene empieza a hacerme daño. Tan mal he estado que mi corazón ya no late igual.
He recordado mi vida entera, he recordado cada momento malo en mi caminar, he recordado cada dolor en tan sólo un día.
Siento que he vuelto a caer.
A donde mi alma no sabe cómo respirar sin gemir del dolor, donde mis lágrimas se convierten en el despertar de cada día, donde mis sentimientos están a flor de piel.. Donde me pierdo sin saber qué hacer.

Me he inclinado ante la posibilidad de morir. Morir de tristeza, morir de dolor.
¿Quién dice que sólo se muere de amor?

Mis pasos van en curvas, no tienen un rumbo fijo. Mi mirada, tan perdida en la dulzura de la soledad, se ahoga. Mi pecho finge que late como siempre pero sé que ya nada es igual.

Busqué en cada rincón aquella sonrisa que solía llevar sobre el rostro. No encuentro más que oscuridad.
Un rostro triste ahogado en las penumbras.

Escuché como sonaba el estar sola, el estar con tus pensamientos, el estar sufriendo a solas. He escuchado a mi corazón romperse en mil pedazos y a mí alma, gritar en profunda desesperación.

Mis heridas crecen, mi locura asciende. Poco a poco dejo de ser quien era en un principio.
¿Cuánto tarda en quitarse la tristeza?
¿Cuánto tarda para darte piedad?
No quiero sufrir más.
No me encuentro teniendo mi vida atada al subsuelo. No me encuentro en la monotonía de mi rostro enfermo. No quiero vivir la vida así.

Imposible resulta que a esto se le llame vivir.

Atada a la tristeza.Where stories live. Discover now