CAPITULO 2

309K 20K 8.3K
                                    

Canción: Crazy in love - Miguel

— ¡Largo de aquí! —dice sujetándole más fuerte la mano.

— Si, ya..., ya me iba – responde el hombre con una mueca de dolor dibujada en su cara.

Lombardi suelta al hombre y este se va asustado de allí, mientras miro a Laurent quien está igual que yo, sin palabras por lo que acaba de pasar.

— ¿Está bien?

— Pero... ¿qué ha hecho?

— He hecho lo correcto. ¿Quería acaso que permitiera que ese hombre la tocará como si se tratase de mercancía? Mis principios son hacer respetar a las damas, señorita Steinfeld.

Menudo lío se ha armado.

— Gracias por venir en su ayuda señor Lombardi, Camila me devuelvo a la mesa, te espero – Laurent desaparece dejándome sola.

Voy a reprocharle esto más adelante.

— No ha respondido a mi pregunta de que si se encuentra usted bien —vuelve a insistirme.

— Estoy bien, no debió actuar de una forma tan salvaje —respondo avanzando entre la multitud hacia la barra.

— ¿Salvaje? —me detiene del brazo—. Escuche ese tipo se lo merecía.

Me suelto de su agarre y lo ignoro.

— ¿A dónde va? —pregunta siguiéndome

— Iré a la barra por un trago.

Lo cual es una mentira. Sólo lo he dicho para evadirlo

— La acompaño.

Karma, karma....

— No hace falta.

— Dije que la acompaño.

Me siento en una de las sillas de la barra y el barman me pregunta que deseo pedir, así que opto por tomar una margarita.

— Lo siento señorita, pero debe pagar el trago primero —articula el hombre extendiendo el vaso hacia mí.

Mierda ¿y ahora? No tengo dinero y Lombardi sigue ahí parado.

— ¿Y bien? —dice él levantando una ceja.

— Agradezco su compañía señor Lombardi, estoy bien, gracias por todo.

— ¿No tiene para pagar la bebida verdad?

Trago salida.

— Yo...

— Pagaré lo que la señorita pida, las rondas que sean necesarias, para mí una botella de Jack Daniel's

— Como guste señor —dice el barman.

— Señor Lombardi, no puedo aceptar su invitación.

— La invito a usted y a su amiga esta noche. Por el buen servicio que me han brindado durante mi estadía en el hotel. Ha de ser difícil lidiar con todos esos clientes.

El hombre trae mi trago y le extiende la botella a Lombardi quien vierte el contenido en un vaso y se lo bebe de un sólo sorbo.

— La última vez no me presenté de buena forma con usted señorita Steinfield, mi nombre es Bruno, Bruno Lombardi —dibuja una sonrisa

— Gusto en conocerlo señor Bruno —extiendo mi mano a la suya—. ¿Puedo preguntarle algo?

— Adelante.

Pasión Italiana (Ya en Físico)Where stories live. Discover now