Bordaje etílico
Coser mis ojos
O abrirlos hasta reventar el globo
Silencio.
Que aquel hombre borracho dirige La Necesidad
Bajo los hilos de sus palabras
Necesidad
Que tanto he deseado suplir
Cabezas gachas
Cabezas gachas a la espera
de un grito
de una leve interrupción.
Aguardan en su cuarto de minas
las esquinas que borran los errores
el ardor de cada pregunta, de cada respuesta.
Cabezas gachas observan su nueva vida
El eterno resigno
Las calles son tres cuando existen cien
Pero las cabezas gachas creen en los ¿?
Cabezas gachas por la mirada punzante
Por los dientes afilados
A la espera de que el reflejo se quiebre
y que los picos se abalancen frente al reglón
Cabezas gachas a la orden un caudillo
de una capucha siniestra, ignorante
de dos hombros perdidos en la sala de la miseria
la agonía disfrazada de azul, a veces de rojo
el casco es para todos y resiste para algunos,
las balas son reales y todos van cayendo
aun cuando seguimos...
con las cabezas gachas.
Caen por los ojos
Las mañanas caen por los ojos
A la hora de un ladrido desteñido
Lleno de colmillos y de alguna
cura irresistible.
Las mañanas caen por los ojos
Mientras la jauría entona,
en medio de una playa lluviosa,
el canto de los caminos ascendentes
ahogados en dudas
Las mañanas caen por los ojos
En esos edificios
Bajo paredes de dos ventanas
Empañados de letras y tinta.
El mango se fractura,
Pero sigue ardiendo la vara mientras consume a esa sombra.
Comienzan a hincharse los cristales
Y las cortinas caen
Mientras las mañanas
Siguen cayendo por los ojos.