Capítulo 5 : Bitia

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Puede que me haya saltado las normas, pero me da igual. Aquí no existen cámaras de vigilancia, tan sólo nosotras y ellos, nuestros esclavos, que siempre se creyeron mejores que nosotras, pero todas sabemos que son inútiles, que no es mentira cuando se dice que los hombres sólo entienden de mujeres y fútbol. Incluso el más refinado, el que presume de no ser como los demás, acaba sacando a la luz esa personalidad asquerosa, esa forma de ser que poco a poco debemos destruir.

Nosotras somos la inteligencia de la naturaleza, somos las perfectas madres. Tenemos la capacidad de engendrar un nuevo ser.

Sí, tal vez con su ayuda, pero nosotras somos las que comemos para el bebé, las que nos desvivimos por él. Ellos sólo se limitan a meterla y olvidarse. Eso es lo que hacen todos los hombres. Nos tratan como meras muñecas hinchables de usar y tirar. Incluso cuando te juran amor eterno sólo te ven como un trozo de carne al que penetrar.

Pero gracias a la Santa Madre todo ha cambiado. Ella nos brindó la oportunidad de ganar el lugar correspondiente en la sociedad. Nosotras no vamos a rebajarnos a la calidad de vida de los hombres, vamos a elevarles a nuestra forma de vivir, a nuestro pensamiento.

Ellos adoran el desorden, lo material, lo rápido, la instintivo.

Nosotras somos perfectas. Sabemos pensar y actuar cuando es necesario. Tenemos capacidad para ver diferentes posibilidades, sabemos ver el mal aunque esté a un kilómetro de distancia.

Ellos se mueven por instinto.

Nosotras por intuición.

Nosotras somos perfectas y ellos no.

Y por amor a los hombres, porque el hombre y la mujer se han de unir para poder mantener nuestra especie con vida, hemos de enseñarles a ser verdaderos seres humanos.

¿Cuántas mujeres han sido pisoteadas por el analfabetismo masculino, por el machismo que la historia ha permitido a lo largo de todos estos años?

Dios nunca ha existido. Siempre fue un hombre desde el principio de los tiempos.

Todo eso es pura mentira, ya que todas sabemos (y ellos pronto lo sabrán) que venimos de nuestra Santa Madre, la que nos engendró a todos desde el principio de todo.

Dentro de poco llegará el día en el que el crimen cometido contra las mujeres sea castigado por la mano de la Divinidad. No solo hablo de nosotras, las que antiguamente fuimos niñas violadas. Hablo de las mujeres que desde siempre han sido maltratadas en la sociedad, desde los supuestamente sabios griegos hasta los actuales hipócritas de la política.

La Santa Madre nos habló de la renovación espiritual, de dejar marcado el pecado en su vida actual, para que así, cuando les arrebatemos dicha vida, ellos puedan reencarnarse teniendo en cuenta el daño que han hecho a las mujeres. Será así como la próxima generación de hombres crecerá más sensata. Por fin sabrán respetar a las mujeres.

Gracias, Santa Madre.

Gracias.

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Un fuerte saludo, Igor

La Ciudad De Las Niñas VioladasWhere stories live. Discover now