You love him, don't you?

Ch. 2

Y solo porque ustedes lo pidieron, una continuación~

La verdad es que ya tenía la mitad escrita xD pero quería asegurarme de que pensaban ustedes antes de continuarlo

Espero les guste~

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Final. 

Cuando despertó no se dio cuenta de cuánto tiempo había dormido, pero sabía que aquel sueño fue real, aun podía sentir los cálidos labios de su madre en su frente y le hizo sentir tranquilo en el interior.

— VIERNES ¿Qué hora es?

— La 8:35 pm señor — respondió la IA rápidamente.

Aun no era tan tarde como pensó, se empezó a sentir inquieto, después de aquella conversación con su madre en su sueño sentía que debía ver a James... Había sido injusto con él al encerrarse y bloquearle la entrada sin explicación alguna, además que le extrañaba tan mal...

— Cariño — dijo refiriéndose a su IA — ¿Sabes si Bucky está despierto?

— El Sargento Barnes se encuentra en su habitación leyendo un libro en su Starkpad, señor.

— ¿Crees que se moleste si lo voy a molestar a esta hora?

— Realmente señor, creo que eso más bien le haría un favor, no es por caer en chismes, pero ha estado particularmente irritable desde que le negó el acceso al taller y no ha ido a verle más — respondió el IA sinceramente.

Tony sonrió.

— Entonces iré a hacerle un favor al mundo y contener a un mapache irritado — dijo en broma para ocultar los nervios que empezaba a sentir mientras se dirigía al ascensor.

Entro en este y le indico a su IA que le llevara al piso que ocupaba el súper soldado, al llegar a este salió del ascensor y se acercó a la puerta de la habitación de James un poco vacilante, se sentía muy ansioso de repente y sus manos sudaban por los nervios, trago fuertemente y alzo su mano en un puño para tocar la puerta.

Se escuchó un gruñido provenir de la habitación y luego la voz de Bucky un poco molesta.

— Steve, si vienes otra vez para arrastrarme a la sala común para "convivir" con el resto, juro que te golpeare en la cara con mi brazo de metal tan fuerte que tus antepasados lo sentirán.

VIERNES no bromeaba con decir que estaba irritable.

— No soy Steve y no sabes cómo agradezco eso en este momento si aquella amenaza fue real — dijo Tony en un intento de broma.

El silencio reino después de eso y Tony empezó a balancear su peso de una pierna a otra sintiéndose como un completo idiota estando frente a la puerta de aquella habitación cuando de repente se abrió la puerta y James apareció en toda su gloria con una mirada de preocupación en sus ojos.