LUZ EN MI OSCURIDAD

Sello insano

Muerte: Guerra... perdóname... pero si no lo hacia los Creadores te hubieran eliminado... Vida y Vanidad no hubieran soportado tu perdida... (Sentí que las lágrimas volvían a caer)

Muerte se encontraba solo en el lugar donde Guerra había sido sellado por Vida hace algunas semanas, cuando sintió los pasos firmes de su hermano, su mano se apoyó en el hombro del ambarino y se agacho a su oído.

Tiempo: estas seguro Muerte?... tu cuerpo aún no se recupera...

Muerte: sabes que esa crisálida por sí sola no hará nada con el real problema, Guerra no aliviara su mal y la historia se volverá a repetir dejando más heridos.

Tiempo: cuando paras Muerte...

Muerte: es el deber de la muerte velar por todas las almas (sonriendo al más alto de los dos)

Tiempo: tu carga es mucho más pesada que el peso de las eras... estaré aquí por si necesitas ayuda.

Muerte: gracias... perdona por preocuparte...

Muerte avanzó hacia la crisálida que contenía el poder del dios de los conflictos, lo vio por última vez y sonrió – Perdónalos – concentro su poder he hizo que de sus manos una pequeña polilla apareciera, esta desprendía una luz dorada que le daba forma a su falta de color, sin marca, esta emprendió el vuelo hacia Guerra que comenzó a moverse en cuanto esta se fusiono con su cuerpo, a su vez una runa comenzó a tatuarse en el cuerpo del Juez quien se mantenía lo más quedo posible aguantando a que el grabado terminase de plasmarse en su pálida piel.

EL dolor que este acto provocaba en ambos era casi comparable al de quemarse con fierro candente la piel, los gemidos del dios dentro del sello se hicieron oír hasta afuera de la prisión, siendo oídos por una diosa de ojos violetas, y cabello negro azabache que corrió a ver qué pasaba, siendo frenada por el dios de las eras.

Tiempo: no puedes pasar... regresa!

Vanidad: que está pasando... oi la voz de Guerra que le están haciendo!!! SUELTAME TENGO QUE IR CON EL!!!

Tiempo: es necesario...

La mirada azul profundo de Tiempo intimido por breve segundo a la diosa, pero un segundo grito de Guerra la volvió a alertar, queriendo entrar a como dé lugar, siendo detenida nuevamente por el dios alto. Mientras dentro Muerte mantenía su postura y seguía recitando el sello que intentaba implantar en Guerra, mientras el dios dentro de la crisálida se movía violentamente.

Eres fuerte y tu corazón noble, sin duda la creación te favoreció con la facultad de llevar al mundo a la destrucción, pero el balance no puede permitir que solo haya un lado, por eso se te ha dado corazón, el tiempo y la obscuridad del universo han corrompido tu alma, y yo siendo quien vela su caminar levanto mi mano llena de gracia para que encuentres calma, desprenderte del dolor es difícil pero el amor que te han dado traerá paz a tu alma, cuando sea el momento de despertar y caminar entre los tuyos, tendrás la templanza y sabiduría para no cometer tus errores otra vez, tu pecado lo perdonare, y seré yo quien camine con él, Guerra ya no será tu nombre, pero serás tu quien se encuentre a si mismo.

Detrás del dios sellado una sombra se alzó, directo a atacar al dios que intentaba apartarla de su huésped.

Ser indigno, no corromperás esta alma a mi cuidado, por mi nombre te destierro, te ordeno desaparezcas de mi presencia y no vuelvas...

En ese momento la puerta se abrió abruptamente desconcentrando a Muerte y perdiendo así parte de la batalla que iba ganando, la sombra se lanzó hacia la diosa que veía con espanto he ira al dios ámbar, perfecta para ser corrompida, pero fue su avance detenido por el Juez que se interpuso entre ellos.