Capítulo Uno: Causa y Efecto

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Era una especie de fetiche.

Tener esa clase de gusto por algo, por él, por aquellos movimientos y por su clara y tersa piel, no podía traducirse o interpretarse de muchas maneras, o al menos no con lindas palabras con sólo un sentido.

Su goce o aquella rara sensación que viajaba por su estómago, pelvis y un poco más abajo, se volvió más fuerte y duradera con el tiempo, por el aumento de los coqueteos, y por esa especie de peligro que los inundaba al no estar a solas cuando sucedía.

Baekhyun tenía esa maña por tocar el borde de su oreja mientras se relamía los labios, con sus ojos mirándole desde el otro lado de los cubículos. En su cuerpo, la blanca y casi trasparente camisa se le pegaba al torso, y los ajustados pantalones negros delineaban su silueta.

Chanyeol como el buen jefe que debía ser, mantenía sus manos sobre el teclado de su ordenador, sin embargo, que las paredes de cristal que rodeaban su espacio de trabajo, le dieran una maravillosa vista de todo el corredor: cubículos y hasta la oficina compartida del editor, resultaban como una trampa y señal de que debía permitirse mirar un poco más.

Pero ser el editor en jefe de Exact tenía, dejando de ser una exageración, miles de restricciones.

En el edificio todos los empleados y trabajadores se sabían al derecho y al revés las reglas: los impedimentos, cada gran y minúscula cosa para dar a entender que los romances estaban prohibidos, por supuesto, llamarles romances era darle un término elegante.

Prácticamente, había letras chiquitas prohibiendo, en palabras más atrevidas: tener alguna clase de aventura, relación sexual u orgia en las oficinas.

No era para menos, ser parte de cualquier área de producción los mantenía a todos trabajando cinco o seis días por semana, incluso en horarios extra.

Exact no era una revista cualquiera, manejar temas de espectáculos parecería fácil, sin embargo la publicación destacaba por el buen sentido y las notas sin amarillismo. Los colaboradores y escritores tenían altos mandos no sólo en ésa publicación, lo que sumaba profesionalismo al tratarse de periodistas y críticos; nuevos números salían todos los meses, no obstante, fieles lectores consideraban las publicaciones con un gran nivel.

Era bastante claro que los romances en la oficina podrían suceder ¿o no?, Chanyeol sería una de las más grandes pruebas. Pasar tanto tiempo trabajando mientras se convivía con los demás empleados generaba amistades, o quizás, algo más profundo.

Lo sabía, tenía incluso ejemplos con los cuales probarlo, pese a eso no podía mencionarles.

—¿Todo bien, Chanyeol? —Su asistente inquirió al verle distraído.

El de cabellos castaños asintió tratando de volver su atención a ella. Eunjung dibujó una sonrisa sobre su rostro y acumuló en una pila todos los acuses que fueron firmados por el editor en jefe.

—Te he notado disperso por algunas semanas, ¿seguro que estás bien? Taecyeon me ha preguntado por la mañana si algo malo pasa contigo. No parecías concentrado en nada de lo que se habló en la junta, ¿quieres que programe otra? —Ella sugirió.

El editor del otro lado del escritorio desvió su atención, de su empleada y amiga, hasta el corredor afuera, a la causa de sus cavilaciones.

Baekhyun seguía de pie a un costado de un escritorio, con su zurda sostenía una taza de café, sus labios rozaban el borde insinuando que bebería. El menor sólo estaba manteniéndolo ahí, en esa delgada línea donde aún había la posibilidad de no hacerlo.

[EXO] TOUCH ✦Where stories live. Discover now