Un grano, otro grano, y así la parte superior del reloj se vacía, y la inferior se llena. La intersección es el presente, cada grano que pasa al otro lado ya no puede volver (ya es pasado) y los granos que quedan (futuro) son limitados. Es nuestro deber en el presente hacer que cada grano de arena sea único y valga la pena porque nunca sabemos cuántos nos quedan pero sabemos que no son infinitos. El tiempo corre, hay que aprovecharlo al máximo.
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Tintas en la piel
Non-FictionUna descripción de cada una de las marcas que decido llevar por el resto de mi vida en la piel.