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La noche parpadea, logro sentir el abrigo de las estrellas en cada trozo de piel, cierro los ojos y cojo en brazos a la luna. Me giro de lado, lo primero que veo son manos haciendo caricias recorriendo cuerpos, oigo entonces voces y altavoces recitando poesía de Neruda mientras se preguntan: ¿Qué hará cuando se le acaben los cerezos?

Veo al sol corretear el amanecer y tantas palabras guardadas en viejos cajones; donde se acaba la rima, la voz y las razones, rimas improvisadas, cuerpos ansiosos y caricias que no se resisten a besos, a versos; a tremendos suspensos como la niña que cruza la calle para encontrarse con su padre. He visto trenes pasar y ninguno conduce a la estación de la felicidad, pero sí; en camino de vuelta a casa, los que siguen de largo y jamás encuentran parada.

Además, tulipanes florecer a los costados de las aceras cada vez que pasas, en cada paso llega la primavera. Puedo ver fotografías de un fin de semana lluvioso, dos tazas de té, mantas y sofá, cenizas de leña, un "él" y un "ella" viviendo un momento de latido tras sollozo.

Vaya, veo tanto en una sola cosa; tu sonrisa.

Veo tanto!Where stories live. Discover now