algo por encontrar, nada que perder. 3.

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Harry siguió mirando a Miranda cuidadosamente, la chica parecía haberse cortado el pelo un poco dejándoselo por un poco más debajo de los hombros y su cuerpo parecía estar más relajado, con menos preocupaciones que la vez que la vio en Barcelona... Barcelona.

-Disculpe, déjeme hacer a mí la foto.- Dijo Harry acercándose por detrás del hombre, que estaba preparándose para sacar la foto. Liam estaba en los talones de Harry, confuso por lo que Harry estaba haciendo.

-Harry, ¿qué estás haciendo...?-empezó él.

-Muy bien chicas, sonreíd.

Harry miró a Miranda un momento antes de sacar la foto, y sus miradas se encontraron recordando aquel día. Sin embargo, ninguno dijo nada.

Un 'click' salió de la cámara, acompañado del flash, y la foto se tomó. Harry miró la foto durante un instante, para ver si tenía que repetirla.

Una chica de ojos verdes y pelo moreno largo, delgada y sonriente se situaba al lado de Miranda. Miranda. Su nombre ardió en su cabeza como si fuese fuego, y miró cómo había salido en la foto.

Tan sonriente como siempre, y con ese brillo especial en los ojos. Parecía verdaderamente feliz.

-¿Podría el señor dejar de admirar la foto y dejárnosla ver, sino es mucha molestia?

Harry levantó la cabeza, y se encontró tres rostros totalmente diferentes mirándole con expresiones muy distintas. 

Mientras que Liam lo miraba confuso y perdido, Miranda lo miraba divertida. Su amiga, por otra parte, solamente sonreía.

-Eh, sí claro. Salís muy guapas. Soy un buen fotógrafo.

Miranda cogió la cámara y le enseñó la foto a su amiga. Las dos se miraron, y después empezaron a reír. Parecían tan buenas amigas, que Harry se atrevería a decir que eran hermanas, pero su diferencia física fallaba por completo.

-Has hecho una buena foto, estoy satisfecha. Me alegro de que llegases en el momento correcto, como siempre.

Miranda y Harry se miraron intensamente, las palabras que habían compartido aquella noche de verano comenzaron a brotar de nuevo como si fueran estrellas fugaces bombardeando el cielo. 

-Podrías presentarnos, Harry.- dijo Liam tras unos largos cincos minutos de silencio incómodo para unos, necesario para otros.

- ¿Eh? Sí, sí. Liam te presento a Miranda y su amiga...

-Irene, se llama Irene.-Dijo Miranda saludando a Liam.

Mientras Liam era besado en las dos mejillas por los suaves labios de Miranda, Harry deseaba ocupar su puesto, pero optó por presentarse y saludar a la amiga de ella, Irene.

Algo empezó a sonar, e Irene comenzó a rebuscar en su bolso el móvil.

-Lidia, estamos en 'Calzedonia'. Te esperamos aquí.

Harry pudo ver cómo Liam hacía gran esfuerzo por entender lo que ella decía en español, pero por su cara, era como si hubiese oído chino.

-Lidia viene en un momento.-Dijo Irene esta vez en inglés. Harry se asombró de que su acento fuese tan bueno como el de Miranda, pero mientras que el de Miranda era más pasional, atrevido, el de Irene era cantarín y delicado.

-¿Lleváis mucho tiempo aquí?-Preguntó Liam mirando unas medias.

-Apenas tres días. Hemos venido a pasar unas navidades entre amigas.-Respondió Miranda parándose a mirar las mismas medias que Liam.- Espero que no te las quieras comprar para ti. He visto la forma de tus piernas en fotos, y no el leopardo no te sentaría muy bien, si me permites el atrevimiento.

Liam rió abiertamente, y Harry rió con él. Hacía unos días que Liam no reía, y esa chica había conseguido sacarle una gran carcajada en menos de media hora. Sin duda, Miranda se había ganado todo su respeto.

-O estas, Miranda, mira estas.-dijo Irene desde el otro lado de la tienda.- Esta de gatitos le quedaría muy bien...

Miranda e Irene comenzaron a reír y empezaron a pasarse medias como si de un juego se tratara.

Liam de vez en cuando tomaba partido en la conversación, ya que las dos chicas seguían hablando de cuáles quedarían mejor en sus piernas.

Harry solo observaba a Miranda y respondía cuando Liam le decía que lo defendiese, pero lo cierto era que solo soltaba algún comentario para hacer de rabiar al mayor de los dos.

-Señoritas, podrían dejar de jugar con estas medias? Esto es una tienda, no un McDonald’s.

Irene rápidamente se puso seria y pidió perdón repetidas veces con su dulce timbre, mientras que Miranda asentía a cada palabra que ella decía.

Cuando volvieron a dónde estaban ellos, Harry iba a reirse de ellas pero el móvil de él y Liam había sonado y al mismo tiempo.

'Malo'. Pensó Harry, y por la cara de disgusto de Liam, supo que andaba en lo cierto.

Harry abrió el mensaje con miedo a su contenido. Tal vez si tiraba el móvil a la basura y salía corriendo... Pero lo abrió.

"Hora de volver al coche, salid por la puerta de atrás de la tienda en la que os encontréis y os esperamos en el coche en menos de diez minutos."

Harry se aclaró la garganta, incapaz de hablar.

-Debemos irnos.-Dijo Liam otra vez con un tono neutro.

-¿Ya?-preguntó Miranda.

Harry la miró y suspiró.

-Volveremos a vernos. Lo sé.

Miranda se acercó a él y lo besó en las mejillas. Por fin notaba esos suaves labios sobre él. 

Y, cuando sus labios rozaron la mejilla de él, Harry sintió que era libre. Libre de todo. Que tenía escapatoria.

Sin embargo, ese sentimiento desapareció cuando ella se apartó de él para despedirse de Liam con un fuerte abrazo.

-Un placer conocerte.-dijo Irene despidiéndose.

-Lo mismo digo, Irene. Buenas vacaciones.- Harry intentó sonreir.

Los chicos se alejaron de ellas, y Harry se prometió no mirar atrás y dar un fuerte abrazo a Miranda, aunque su cuerpo le pedía todo lo contrario.

Por el contrario, Liam sí se giró, las dedicó una de sus características sonrisas, y las saludó con la mano.

-¿Quién es ella?- Harry sabía que Liam no se refería a Irene, ni hacía alusión al nombre de Miranda. Su pregunta iba más allá.

-Luz.

Harry siguió caminando después de contestarle, y Liam agachó la cabeza, le tocó el pelo a Harry y sonrió con sinceridad.

Una vez, él también había tenido luz en su vida.

-Y contadnos, habéis hecho algo interesante?- Preguntó Zayn al lado de Niall y Louis, una vez montados en el coche que los llevaría a casa.

Liam y Harry entraron en el coche y se abrocharon los cinturones enfrente de los otros tres integrantes de la banda.

Liam miró a Harry, que había vuelto a mirar a la ventana en cuanto el coche arrancó. Niall estaba revisando sus regalos, ajeno a todo.

Pero Zayn esperaba una respuesta a su pregunta.

-No.- Dijo Liam mirando a Zayn, una mirada llena de dolor, mezclada con indiferencia y confusión.

Zayn se quedó mirando a Liam aún cuando él había bajado la mirada y se había puesto a mirar su móvil.

Había estado tan distraído en hacer gamberradas con Louis, que no se había dado cuenta en lo mucho que lo necesitaba su más preciado amigo.

Harry, ajeno a ese intercambio de miradas, agradeció en silencio que Liam no hubiese dicho nada, y una sonrisa llena de una inusual felicidad llegó hasta sus labios, mientras el coche giraba en una esquina, delante de tres chicas sonrientes y llenas de vida.

Algo por encontrar, nada que perder.Where stories live. Discover now