Prólogo: El amanecer

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Abril de 1970

“Apenas tenía diez años cuando por primera vez vislumbré el verdadero color de la sangre, ese tono rojizo intenso al principio, que va tornando a negro a los pocos minutos del corte, ese olor a entrañas que desprende al salir, el lento fluir que poco a poco se va arrebatando la vida. Era mi profesor en el colegio, un buen hombre, todos lo admiraban, o al menos parecían hacerlo. Pero no podía admitir mi gran valía, no lo pudo percibir, jamás lo pudo ver.

_No lograrás ser nada en la vida  -dijo mientras me dio un cachete en la cara- Solo serás otro mierdecilla más, una sucia rata de cloaca. Con suerte acabarás limpiando los meados que deje algún borracho en un bar de mala muerte.

No lo pude resistir…

Cuando el tridente que formaron tres lapiceros afilados que cogí de su mesa atravesó su cuello, mi piel se erizó como nunca antes, la percepción de mis sentidos aumentó hasta unos límites que ni siquiera pensaba que pudieran existir. La herida que le causé debió destrozarle alguna vena importante, pues no pudo articular grito alguno, solo era un espeso líquido rojizo lo que brotaba de su boca, ni una sola palabra. Empezó a retorcerse en el suelo de dolor, y ante la falta de oxigeno, su cuerpo fue tornándose azul.  Aparté la mano con la que intentó agarrarse a mi pierna de una patada, no sé si quería pedir ayuda o perdón. Prefiero quedarme con esto último, ya que yo se lo otorgué en ese instante.

Justo en el momento en que renunció a su lucha y el gutural sonido que hacia al intentar respirar se detuvo. Sus ojos se tornaron al blanco. Un sinuoso cosquilleo brotó de mi pecho recorriendo todo mi cuerpo sumergiéndome en un éxtasis infinito, un placer sin igual.

Esa fue la primera vez que maté a un hombre, y te puedo asegurar que jamás lo olvidaré. Veinticinco años después, la lista a crecido un poco, no quiero engañarte, los ha habido mejores, eso seguro; pero la primera vez es algo que siempre recordaré, fue algo maravilloso. Fue el bautizo de mi viaje, fue la manzana que al caer, cambió la historia del mundo por siempre jamás.”

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Recados de una Muerte pasadaWhere stories live. Discover now