SOLO UNA PRINCESA

Corazón Confundido

IMAGEN: Gregg Sulkin

PERSONAJE: Max 

- Señorita, pase por aqui.-dijo el guardia al abrir la celda en la que estaba Max.

- Levante se.-se dirigió a Max.-La princesa esta aquí para verlo.

- Gracias.-dije entrando en la celda.

No podia mirarlo a los ojos, quería convencer me de que esto era simplemente un mal sueño, que no era verdad. Transcurrieron unos minutos y nada no despertaba, tenia tanto miedo de verlo, temía a sentir amor por el. Yo quería odiarlo pero no podía.

- Melinda...

- No.- dije levantando la cabeza, lo mire con unos ojos que le penetraron el alma, vi todo lo que pensaba, sabia que estaba perdido y eso me gustaba. - Me usaste.

- No eso ....

- Tu...- las lagrimas caian por mis mejillas hasta el piso.- lastimaste a mi familia, casi matas a mi padre.

- No sabes lo que paso...cierto?

- No deje que mi padre me lo dijera vine acá a que tu mismo me lo digas. Creo que no serás tan descarado en después de todo mentirme.

- No. Yo te lo contare todo.
***
Estaba sentada en mi trono pensando en lo que Max me había dicho. Lloraba y lloraba no podía creer como una persona podía enamorarme y romperme el corazón tan rápido.
Siempre había leído esos libros en los que está ese cliché fastidioso del amor a primera vista, pero ahora lo entiendo, no es amor a primera vista , es un tipo de sexto sentido en el que uno confía ciegamente, uno piensa que esa persona va a ser la correcta. Pero más que un amor es una esperanza.
***
Hace una hora en las celdas del palacio.
- Yo no te  he dicho toda la verdad.
- Si eso es obvio
- Yo soy  Maximilian de Montervill asistente oficial del reino.
No podía creerlo me había enamorado del enemigo.
Contervill y Montervill habían estado en guerra por veinte años, todo empezó cuando los hermanos Vill se pelearon por el reinado después de la muerte del rey (ósea mi abuelo) los dos decidieron dividirlo y hasta el momento se pelean por tener todo el poder.
- Me  mandaron a matar a tu padre...pero me enamore de ti y no podía hacer eso.
-Si tú te hubieses enamorado de mí no hubieses echo eso.
- Tienes toda la razón... Yo no lo hice.