31. En la distancia

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Pascua pasó sin más comentarios sobre el incidente de Cristo Superestrella. Luego llegó mayo. Lucifer hacía su trabajo. Había días dónde decidía que No volvería a ver a Alejandro, que Gabriel había hecho lo correcto. Esos días eran los más miserables.
Había días dónde se despertaba esperanzado y planeaba maneras de reencontrarse con el humano. En uno de esos días le escribió y se encontró reprimiendo un chillido de júbilo cuando recibió una respuesta casi instantaia. Luego se percató de que en Barcelona eran las cuatro de la mañana, que su Alex debía dormir 6 a 8 horas diarias para estar sano, y se aseguró de cuidar más sus horarios a partir de entonces.
Set ya no trabajaba en la sala de tortura. Ahora se dedicaba enteramente a los gemelos. Se había mudado a la tierra permanentemente, al edificio contiguo al de los Ferrera, a pesar de las leves quejas de su padre y de l loca preocupación de su tío Loki. Había asegurado que no tomaría más que productos naturales, ninguna bebida preparada por otros humanos, y se había marchado. Lucifer había intentado contactarle en tres ocasiones para saber como andaban los gemelos, pero el joven semi demonio se había negado a contestar, aún furioso con lo ocurrido.
Alejandro le había contado que las clases de trompeta iban muy bien. Aunque también solía quejarse de las explicaciones de Set, que a menudo contenían descripciones muy gráficas de torturas infernales por según que pecados. Ese era todo el contacto que tenía con su humano.
Al menos, hasta que Junio dio comienzo. Entonces, un día, su movil vibró con un mensaje de Alex, que obviamente no era del muchacho:

"Estimado hermano mayor,
No es mi intención agrandar la brecha que nos separa. Nada quisiera más que ver os tomar regresar a la luz de nuestro amado Padre. Sin embargo, para que eso suceda, debo finalizar vuestro contacto con el descendiente. El nuevo elegido del Señor no debe caer en el pecado que consiste una relación pecaminosa con vos. Así pues, es mi deber confiscar este aparato de comunicación y advertidos que de reanudar el contacto, Uriel deberá reajustar la memoria del descendiente. Atentamente,
Arcángel Miguel, Portador de la Lanza, Protector de la Iglesia, Vencedor de Diablos, Príncipe de la Milicia Celestial"

Después de eso dejó de lado su americana, camisa y corbata, llenó su bañera de agua y con la camiseta, los zapatos y pantalones puestos se sumergió en ella. Contó hasta 987599, antes de salir a por aire. No lo necesitaba realmente. De hecho, la sensación de mareo y somnolencia por falta de oxígeno le sentó muy bien. Sin embargo, cuando vio su piel medio arrugada pensó en Satán y como se había preocupado por el envejecimiento de Laura. ¿Le pasaría lo mismo a Alejandro? ¿Cuántos años tenía? ¿Cuándo era su cumpleaños? ¿Por qué no se había molestado en aprendérselo de memoria? Estaba seguro que su secretaria lo sabría. Pensó en celebrar un aniversario con Alex, varios incluso. Luego, el miedo se apoderó de él. Miedo a que a su ladronzuelo le borraran la memoría, miedo a que Satán perdiera a Laura y a la pequeña Lucy, miedo a que más demonios fueran infectados con la fruta del paraíso, le hinchó el pecho de preocupación. Así estaba, sentado en su humeante bañera, en camiseta, zapatos y pantalones, contemplando sus manos arrugadas, cuando Laura, Satán y Exael entraron en la habitación.

—Os lo dije —exclamó la humana al verle.
Exael, a su vez, se acercó y posó una mano sobre su garganta, sintiendo su pulso. A Luzz no le importó demasiado, apenas si era consciente de la compañía, demasiado ocupado intentando resolver todos sus problemas en las arrugas de sus manos.

— ¿Has tomado algo en las últimas horas? —Le preguntó el gemelo de Gabriel— ¿Alcohol, aspirina, ibuprofeno, cigarrillos, marihuana, cocaína...?

Lucifer sacudió la cabeza, todavía indispuesto a hablar o prestar gran atención. Su dedo índice mojado parecía estar a punto de darle las respuestas que tanto buscaba.

— Nada, eso no puede ser bueno, Luzz vive de sus pastillas—comentó Satán preocupado.

Entonces, Laura quitó el tapón de la bañera y todo el agua que había arrugado su piel, haciéndola más sabia, desapareció.

Ángeles, demonios y otros seres de pesadillas (reeditando)Where stories live. Discover now