Capítulo 2-El primer contacto.

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Eve se despertó nerviosa aquella mañana. Ya era viernes y hoy le llegaba el simulador EGO lo que significaba que estaba a tan solo unas pocas horas o incluso minutos de estar junto a Leon. Durante esa semana había tenido que hacer su molde para el EGO, un técnico de TecnoSan había venido a su casa y había escaneado a Eve por completo. Después había preparado la ficha de personaje, es decir, la historia que iba a tener "Eve Hawkes" dentro de Parasite. Eve había decidido ser ella misma, en la mayor parte del proceso. Su Ego era físicamente igual que ella, tenía su mismo nombre pero a diferencia de ella, poseía un pasado totalmente distinto. "Eve" era una agente federal en Parasite que se encargaba de recoger información y muestras del parásito alienígena. Había programado su encuentro con Leon Zekke en una de las calles cercanas a la casa de éste, y esperaba poder completar ese encuentro ese mismo día. Una vez que ella se adentrara en el Ego, Leon pasaría a modo automático, pero Eve siempre podía programar algunas de sus acciones, por ejemplo el encuentro, si iba a ser hostil o amigable con ella, o si de dependería absolutamente de su Ego o no. Por supuesto ella había decidido que el encuentro fuese amigable y que Leon dependiera de ella, una vez realizado éste. Mientras ella no estuviera conectada con su Ego, éste al igual que Leon pasaría a "Su Casa" o al "Cuartel" y allí se pondría en automático.

Eve se preparó el desayuno con prisas, como si llegara tarde a algún sitio. Después miró su guía de rutina. Había planeado que de ocho a nueve de la mañana le llegara el simulador, después  había dado una hora para tutoriales y preparación, y justo después de comer comenzaría su aventura con Leon, para así poder estar hasta la noche.

Llamó a su madre para evitar que la molestara mientras jugaba, sus padres conocían la extrema necesidad que los videojuegos suponían para Eve aunque no les gustara. De igual forma nunca se habían preocupado mucho por ella y preferían tenerla entretenida con algo. Justo cuando colgó a su madre y terminó su desayuno tocaron  a la puerta. Eve  se ponía nerviosa cada vez que tocaban al timbre, no le gustaba tratar con la gente a pesar de que estaba acostumbrada a Henry el repartidor de TecnoSan. Respiró hondo para evitar un colapso o un ataque de ansiedad y abrió la puerta.

-Señorita Hawkes aquí tiene su simulador Ego, TecnoSan se ha encargado de que usted sea la primera en recibirlo.-le dijo amablemente Henry.

-¿En serio?-dijo la joven tartamudeando.

-Así es, señorita.-le dijo el joven tendiéndole la caja de su simulador y dándole el papel del albarán para que firmara.

Eve, firmó muy contenta aunque su rostro no lo reflejara. Ya quedaba menos para poder estar junto a él y no podía evitar estar nerviosa. Henry se marchó y Eve colocó el paquete encima de la barra americana que tenía en la cocina. Su corazón le pedía que lo abriera, se introdujera el chip y comenzara a jugar pero sus fobias le impedían hacerlo. ¿A qué tienes miedo? ¡Leon no te va a rechazar! Suspiró con fuerza intentando soltar junto al aire todos esos miedo y abrió la caja. En ella había un manual, la jeringuilla y el disco de actualización de la GamerNet.

Eve cogió el paquete y se marchó a la sala de juego, allí metió el disco de actualización de la GamerNet en su consola. Tardaría una media hora en actualizarse así que tenía tiempo para hacerse a la idea de que debía introducirse el chip ella sola. TecnoSan había proporcionado asistencia sanitaria a todos los usuarios que no iban a visitar el centro de "Instalación Ego" que había colocado en la ciudad. Allí los jugadores podían ir a que les introdujeran el chip y así evitar problemas. Eve había rechazado cualquier opción aunque había recibido un vídeo para la colocación correcta del dispositivo. Aunque había visto el vídeo unas tres veces tenía miedo de meter la pata y tardar más en poder estar con Leon, o incluso que ocurriera algo peor.

Durante más de cinco minutos estuvo pensando en lo que podía ocurrir, recordando el vídeo y respirando hondo para tranquilizarse, pero por fin había decidido inyectarse el chip. Sacó la jeringuilla del paquete y le quitó el tapón de seguridad. Después con su mano derecha se lo inyecto en la izquierda, tal y como decía en el vídeo. Sintió un dolor insoportable durante los treinta segundos que el chip tardaba en llegar a su cerebro y cuando cesó notó como su nariz sangraba indicándole que se había instalado a la perfección.

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