Amarrado a ti (1º parte)

311 7 1
                                    

Un 15 de mayo, en el instituto

Como cada día, en la puerta está Darío esperándome. Es un año mayor que yo, el próximo año ya no estará y cuando lo veo me pregunto qué haré sin él. Es mi mejor amigo y no quiero perderlo. La verdad es que lo conozco desde hace sólo un año pero es como si lo conociese de toda la vida, él sabe todo de mí y yo sé todo de él, y no quiero que nuestra amistad termine, no lo soportaría, aparte de que estoy enamorada de él, o eso me hace entender los nervios que aparecen cada vez que lo veo.

A unos metros

Aroa viene hacia mí, sonríe, está preciosa. Me quedo quieto y espero a que ella venga, no quiero ser pesado, aunque no me faltan ganas para ir corriendo a donde ella y besarla delante de todos, pero no me atrevo, seguramente me daría una bofetada. Llega y me da dos besos.

-Hola-dice Aroa feliz.

Sonrío y nos dirigimos a la puerta. Tengo que contarle que no me va a ver el año que viene, no sólo porque me voy a la universidad, sino que también porque me voy a Milán, sí a Milán, un equipo de fútbol me ha fichado para jugar con ellos, pero no sé hablar italiano, aunque no es eso lo que más me preocupa, sino que no la voy a volver a ver y eso me destroza por dentro. Desde que ella llegó al instituto toda mi vida cambió, y no soy exagerado, mis notas subieron gracias a su apoyo y desde que me hice su amigo no dejo de pensar en ella, y no sé cómo decirlo, ¿enamorado? No, demasiado cursi. Es algo que no puedo expresar, es extraño.

-Aroa-ella me mira-tengo que contarte algo.

Y se lo cuento. Su cara cada vez está más seria y ya no me mira, dirige su mirada al suelo, quizá está llorando. No sé qué hacer.

-Te echaré de menos-sólo se me ocurre eso.

Ella me mira. En efecto, está llorando. Me abraza fuertemente, así durante unos minutos.

-No sé qué voy a hacer sin ti, no quiero que te vayas-me dice Aroa.

Yo tampoco me quiero ir, pero el fútbol es algo que me encanta, ella lo sabe mejor que nadie. De verdad que no sé lo que voy a hacer sin ella, la quiero demasiado.

Al lado de Darío

No quiero que se vaya, pero sé que el fútbol le encanta y no puedo pedirle que se quede, sería muy egoísta por mi parte. Pero es que lo quiero tanto… No puedo dejar de llorar, ya no me importa que él sepa que estoy sufriendo, no lo puedo negar y él lo sabe. Me abraza fuerte. Me duele que se tenga que alejar de mí. Soy valiente, por una vez en la vida y no oculto lo que siento. Me acerco a su oído.

-Te quiero tanto –susurro. Tengo miedo a que él no sienta lo mismo.

Al lado de Aroa

La beso. Un beso de despedida. No me volverá a ver. Mañana cojo el avión, pero no le voy a decir nada, no me gustan las despedidas.

-Yo te quiero más, mucho más -le digo.

Muy cerca de él

Me acaba de besar, me lo había imaginado tantas veces…No me lo puedo creer, hace más de un año que espero este momento, lo malo es que ha ocurrido sólo porque él se va a ir. Escucho un ruido raro detrás de mí y me giro. Vuelvo a mirar a Darío, pero no me encuentro con su mirada, no está, ha desaparecido. Noto un vacío en el pecho, Darío se ha ido. Veo un papel en el suelo, es una carta. La leo:

“Aroa, de verdad que a mí esto me duele mucho, no te imaginas cuánto. Sólo quiero que sepas que siempre que pienses en mí, yo estaré pensando en ti y que nunca te voy a olvidar, como espero que tú no lo hagas, que aunque no nos veamos yo haré lo posible por verte por lo menos una vez más, y lo más importante, quiero que sepas que te quiero y no me  importa si encuentras a otro chico que te haga feliz, porque yo no me voy a rendir jamás, eso te lo aseguro. Darío”

Has llegado al final de las partes publicadas.

⏰ Última actualización: Oct 06, 2012 ⏰

¡Añade esta historia a tu biblioteca para recibir notificaciones sobre nuevas partes!

Amarrado a ti (1º parte)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora