**Rubius**
Hacía ya una semana que decidí irme a Barcelona, necesitaba vacaciones y alejarme un poco de mi trabajo, estaba muy cansado ya que el último asesinato requirió bastante tiempo, y Cato no tenía ningún trabajo para mi así que simplemente podía descansar, hacía mucho no venía por aquí, tenía ganas de relajarme y pasarla bien, pero todo el rato pensaba en él, Cato me recomendó olvidarlo, mi trabajo no me permitía el tener compañía de ningún tipo, tenía a Cato porque era mi cómplice y mis padres la habían asignado, pero no podía tener más que eso, ya que si me encariño a alguien, esa persona podría salir perjudicada, y no queríamos eso, cada vez que venía su imagen a mi mente, sentía algo que hacía mucho no sentía, y ese sentimiento debía reprimirlo, seguí caminando un poco hasta llegar a un parque bastante bonito, empecé a explorar el algo pequeño
parque, mi teléfono comenzó a sonar por lo cual decidí contestar mientras continuaba mi camino.
-Hola? ¿Quien habla?
dije mientras a lo lejos mi vista divisaba un puesto de helados
-Rubén! ¡Gracias a dios me contestas!
dijo cato con la voz muy agitada, automáticamente mi seño se frunció, ya que pedí específicamente que no me llamara
-Tía, déjame en paz, quiero descansar de todos, te dije mil veces que no quería llamadas de nadie. dije molesto, varias personas volteaban a verme, y en cuanto les dirigía la mirada, ellos apartaban la suya, intimidados por mi expresión de furia psicópata.
-Lo sé! ¡Pero escucha!
dijo mientras se escuchaban varios autos pitar, al mismo tiempo que ella maldecía.
-Nadie es Nadie! ¡Ahora déjame en paz!
dije apretando el teléfono con mi mano, varias personas al verme alejaban su vista y sus cuerpos de mí.
-Rubius!
dijo con voz suplicante
-Te dije que no!
grite por última vez alarmando a varias personas
-Regreso!
y me detuve en seco acomodando las palabras en mi cabeza una por una
-Que?
fue lo único que salió de mi cargante
-El regreso...
dijo seria, todo a mi alrededor dejo de sonar, y mi voz solo se centró en la de ella, mi mente solo tenía un pensamiento, pensamiento sobre él.
-E...Estas... Segura?
dije casi sin creérmelo, ella suspiro y emano un ligero ''si'' por su parte, colgué la llamada y corrí en dirección a la estación de trenes, me daba igual las maletas o el hospedaje, pero debía llegar a Madrid lo más rápido posible, de lo contrario mi cabeza podría aparecer en cualquier lugar público de Madrid, varias personas me miraban mientras corría como loco a la estación, después de correr algunas calles tuve que detenerme para tomar aire, mire hacia varias partes de la calle y encontré una forma de ir a Madrid, tome aire y empecé a correr hacia una parada de taxis y me subí a uno.
-Necesito ir a Madrid tan rápido como sea posible
dije sin más, el taxista, de unos cincuenta o sesenta años, deteriorado por las arrugas y el paso del tiempo, con canas en su cabeza y algunas zonas calvas, me miro confundido, parpadeo y rio levemente.
-Escucha chico, no sé si serás extranjero o algo parecido, pero no puedo llevarte a Madrid ni, aunque lo desees
Dijo casi como burla, ya que cada palabra la decía lentamente, como si yo fuera un estadounidense o algún niño retrasado, lo cual colmo mi poca paciencia...
-Escúchame tu, no se quien coño te crees que eres, pero o vamos a Madrid, o buscare a algún callejón para que yo te corte la jodida cabeza.
Ya cansado de su poca gracia al creerse que era alguien retrasado al que tenía que tenerle cuidado.
-Ahora vamos, conduce, no llamaras la atención para nada, actuaras como persona normal y si reclamas algo o tratas de huir, buscare a toda tu estúpida y jodida familia y procurare que el infierno al que me iré no sea nada comparado con lo que les hare.
El señor asintió y empezó a conducir como si su vida dependiese de ello, y así era, sería un viaje un poco tenso para él, pero sería bueno para mí porque así podría despejar mi mente, tome el teléfono y marque con mis dedos el número de cato.
-Cato, llama a mi hotel y cancela mi hospedaje, diles que lleven mis molestas por correo exprés lo más rápido a Madrid, también has un deposito a la cuenta A17 y vierte en ella mil euros, ¡pero hazlo ya tía!
******
Llegamos a Madrid lo más rápido que el chofer pudo, y cuando baje, el aun cagado, me miraba todo el rato por el retrovisor.
-Mira, disculpa si fui descortés, pero tenía una emergencia, espera aquí, ¿vale?
El asintió y yo baje y fui hasta un cajero, saque mil quinientos euros y los metí en un sobre, Salí hacia el taxista, el cual aún estaba algo acosando
-talvez esto sea más de lo que esperas, pero es por ser tan amable de traerme, perdóname enserio, pero soy un poco descontrolado.
Tome el sobre y se lo extendí, el, algo confundido lo abrió, y su expresión fue muy cómica, me despedí con un ademan y camine un poco hasta llegar al edificio en el que vivía, abrí la puerta de la entrada y ya como era costumbre, subí por las escaleras, subía las gradas de dos en dos hasta que una figura familiar apareció frente a mí, haciendo que me detuviera de inmediato, mi vista empezaba a inspeccionarlo y una boba sonrisa se colocó en mis labios...
-Hola, vecino.
dijo el con su característico acento andaluz, mi vista no dejaba de apreciar su hermosa figura, llevaba puesta una camiseta negra bastante ancha, y unos shorts negros con rayas hacia los laterales.
-Hola, Mangel.
dije sonriendo, a lo que el correspondió la sonrisa
-Cu...Cuanto tiempo, ¿no? Pensé que te habías mudado...
dijo algo, ¿desanimado talvez? También se miraba nervioso...
-Pasa algo Mangel?
Dije algo preocupado por el, se miraba más tímido de lo normal
-No... Debo irme...
Y sin dejarme siquiera decir algo más, se marchó, dejándome con la cabeza echo un lio y con el corazón lleno de emociones...
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El Chico De Al Lado [Rubelangel]
FanfictionMiguel Ángel Rogel, Un chico de 25 años, con el pelo color negro, siempre había tenido una vida llena de logros y alegrías, sus amigos le querían mucho y el a ellos por igual, era el típico chico tan joven como para jugar videojuegos y tan maduro co...