Prólogo.

1 0 0
                                    




Parecía la nada misma.
Todo estaba oscuro, excepto por la luz que desprendía una persona; serena, pero a la vez firme. Calma, pero a la vez potente, manifestándose frente al abismo de la negrura que la rodeaba. Allí estaba la bondad, la alegría, la felicidad, la dulzura, la pureza, dispuesta a dar todo por detener el mal que se propagaba irremediablemente.

Una y otra vez, una y otra vez el yin y el yang luchaban contra sí. La luz contra la oscuridad, el blanco contra el negro... Sin obtener ningún ganador en cuestión. ¿Por qué? Eso se sabría más adelante. Rose sólo se debilitaba ante cada ataque que daba, ante cada poder que usaba corría más y más riesgo de desvanecerse, y es que la luminosidad con tanta sobrecarga podría explotar y apagarse por un tiempo... Quizás para siempre.
León la miraba, simplemente observar hacía, mientras que esquivaba cada ataque que en vano era lanzado contra su ser. Podía Ver sus claras ganas de vencerlo, de hacerlo entrar en razón. "No puedes hacer el mal de esta manera, todo se está viniendo abajo", es lo único en que la luz pensaba, mientras que la oscuridad no sabía de qué forma detener sus ansias de poder. Sólo bastaba ver cómo su otra mitad se debilitaba en vano.

- Yo no sería nada sin ti, como tú no serías nada sin mí -. Pronunció en el intento de detenerla, pero la albina fue más rápida y una esfera de luz dio de lleno contra su estómago, dejándolo adolorido, aturdido, cayendo al suelo a causa del impacto. De igual forma, le bastaba suficiente como para mezclarse con las sombras que invadían el cuarto donde estaban, escabulléndose como la noche tras el sol aparecer para nacer de nuevo. Y Yin se preguntaba si podría alguna vez vencer a Yang, si pudiera destruir cada trozo de maldad causado por su gente, cambiar el sufrimiento por paz absoluta, por amor, por felicidad, y mientras abandonaba aquella escena de enfrentamiento con el tenebris, se le ocurrió una idea que, aunque fuera para su propio beneficio, cambiaría el ritmo de las cosas, cambiaría el mundo como lo conocían los seres humanos.

No todo lo bueno es del todo bueno, y no todo lo malo es del todo malo...


Una fría noche de viernesWhere stories live. Discover now