El cristal en la playa

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En la noche Hannon y Nagisa escucharon un gritó proveniente de la habitación de Luchia. Se levantaron sobresaltados. Sin decir nada se dirigieron rápidamente a la habitación de Luchia, que también estaban Kaito, Hippo y Yuri. Kaito abrió rápidamente la puerta.

-¿Q-qué pasó Luchia?-.

-Escuché un portazo y me asusté- dijo avergonzada. Se tapaba la cara con la sábana, pero se notaba que estaba roja como un tomate.

-Seguramente haya sido la señorita Rina- dijo Hippo sabiamente.

Kaito se alejó de ellos y se dirigió a Luchia para acompañarla y empezó a acariciarle la espalda para tranqulizarla.

-No hay nada que temer- dijo Kaito con ternura.

-Gracias, Kaito- dijo aún con la sábana en la cara.

-Ejem- se afinó la garganta Hannon para llamar la atención de los dos, recordándoles que estaban ahí.

-Mejor nosotros nos vamos- dijo Nagisa con nerviosismo. Luchia y Kaito, junto a los demás, asintieron.

Inmediatamente, Nagisa cerró la puerta y siguió a Hannon a su habitación.

-¿Por qué me sigues? ¿Nos vas a dormir en tu habitación?- preguntó Hannon con las manos en la cintura y una ceja levantada.

-N-no, solo te acompaño- dijo colorado. Hannon le sonrió.

Entraron a la habitación de Hannon y jugaron un rato al Tarot de las Sirenas.

A la mañana siguiente, Hannon se levantó antes de Nagisa. Hannon, al ver a Nagisa dormido en el suelo, le miró con ternura. Dejó a Nagisa dormir un poco más y se fue a dar una ducha, esa vez no cantó para no despertar a Nagisa. Cuando salió, se vistió, se cepilló el cabello y se colocó su horquilla.

Hannon no tenía mucha hambre en ese momento, así que no bajó a desayunar en ese instant, sino se sentó en el escritorio y  continuó haciendo las figuras de las princesas sirenas. En lo que Nagisa se despertaba, terminó de hacer la figurita de Luchia.

-¿Qué estás haciendo, Hannon?- preguntó Nagisa causando que Hannon le diera un gran susto.

-¡No me des ese tipo de sustos, Nagisa!- dijo sin gritar.

-Lo siento- dijo entre risas.

-Estoy haciendo un regalo para todas las princesas sirenas, que son figuritas de ellas mismas en origami-.

-¡Wow! No sabía que hacías origami- dijo impresionado. Hannon le sonrió amablemente.

De repente, un grito se escuchó por todo el hotel. No se distinguía, solo que era de dos hombres. Hannon y Nagisa, extrañados, salieron rápidamente de la habitación y se encontraron a Hippo y Yuri que estaban algo inquietos. Sin decir nada, bajaron al mismo tiempo, apresuradamente, las escaleras.

-¡Gaito!- gritaron Hannon, Hippo y Yuri al ver a Gaito.

Gaito miró con sorpresa y ,sin darse cuenta, Yuri ya lo estaba abrazando y lo estaba mirando celosamente, mientras todos los demás con ternura. Gaito se agachó a la altura de Yuri para abrazarla de nuevo.

-¡Maestro Gaito! ¡Me alegro mucho de verlo!- gritó Yuri emocionada.

-Gracias, Yuri. También me alegro de verte- dijo también emocionado.

Gaito y Yuri se separaron y Gaito volteo a ver a Nagisa de arriba a abajo.

-Hola, soy Gaito, hermano mayor de Kaito- este le tendió la mano a Nagisa para estrechársela. Nagisa, con dudas, le correspondió amablemente.

-Yo soy Nagisa- dijo amablemente.

-Mucho gusto- dijo Gaito con una sonrisa.

-Gaito, ¿desde cuándo vives en el mundo humano?- intervino Kaito.

-Hace poco llegué a la superficie- dijo volteando a ver a su hermano.

-En ese caso hay que enseñarle el mundo humano, al igual que a Yuri- dijo Hannon con las manos juntas frente su pecho y su mirada iluminada.

-Pero, ¿a dónde vamos?- preguntó Luchia.

-¿Qué tal si vamos al restaurante del Señor Maki?- se unió Rina a la conversión.

-¡Si!- gritaron todos, excepto Gaito y Yuri.

Todos fueron al restaurante mientras caminaban juntos y hablaban de cualquier cosa. Cuando llegaron, Luchia se recargó en la puerta y dijo:

-Listo llegamos-.

Alguien abrió la puerta, el Señor Maki, o cual hizo que Luchia  cayera al suelo. Todos rieron un poco, excepto Gaito,que no estaba acostumbrado a reír, y Rina, que estaba con una mirada distante. Luchia se levanto y se sacudió un poco el polvo.

-Luchia, ten mas cuidado- dijo el Señor Maki con una sonrisa.

-Si, lo tendré- dijo Luchia riéndose junto con los demás.

-Pasen- dijo el Señor Maki.

-Gracias- dijeron todos. Seguido de esto, se sentaron en la barra donde el Señor Maki les asignó. Empezaron hablar de diferentes cosas: anécdotas, conversaciones, recuerdos embarazosos...

-¿Dónde está Nikora?- preguntó el Señor Maki un poco preocupado. Las tres princesas sirenas estaban tensas ante la pregunta. Hannon pensó una respuesta razonable:

-Está en su respectivo hogar, donde Luchia también vive porque en poco tiempo nos vamos a mudar- dijo Hannon apresurada por el nerviosismo.

-¡Oh!- dijo el Señor Maki sorprendido, pero triste-, ¡¿Y todos ustedes se van a mudar?!-.

-Si- respondió Rina.

-Y... ¿Quiénes son ellos tres?- preguntó refiriéndose a Nagisa, Gaito y Yuri, ya que no los conocía.

-El es Nagisa- dijo Hannon.

-El es Gaito, mi hermano- dijo Kaito con una gran sonrisa.

-Y ella es Yuri- dijo Luchia señalándola.

-Bien, ¿qué os gustaría ordenar?- preguntar el Señor Maki con una libreta en la mano.

-Yo quiero una limonada rosada, por favor- dijo Luchia con una gran sonrisa.

-Yo un sandwich- pidió Kaito con una mano en el estómago.

-A mi gustaría una tarta de queso- dijo Hannon.

-Yo también- dijo Nagisa.

-A mi me gustaría una limonada- dijo Rina.

-¿Y ustedes dos?- preguntó el Señor Maki mirando a Gaito y Yuri.

-¿Eh?- dijeron los dos confundidos.

-¿Qué van a pedir?- preguntó un poco impaciente.

-Nada, gracias- dijo Gaito. Yuri asintió.

-Ok, entonces su orden es: una limonada rosada, un sandwich, dos tartas de queso y una limonada- el Señor Maki dijo mientras mirada su libreta. Todos asintieron-, Bien, se los traigo en un momento-.

Las princesas sirenas, los chicos y Yuri asintieron. Después de unos cuantos minutos les trajeron su orden. Mientras comían platicaban de distintas. Hannon acabó y se levantó y se fue. Nagisa la siguió.

-Hannon, ¡espera!- gritó Nagisa atrás de Hannon. Hannon volteó a verlo,- ¿a dónde vas?-.

-Voy al Hotel Perla; mañana nos vamos al océano y me gustaría terminar las figuras de origami-.

-Esta bien, ¿te acompaño?- preguntó Nagisa un poco colorado.

-No es necesario, gracias- Hannon se acercó a Nagisa y le dio un beso en la mejilla y salió corriendo al Hotel Perla.

Mientras que corría, Hannon pasó por la playa y vio un destello verde. Hannon, por la curiosidad se acerco al objeto que brillaba muy potentemente. Hannon lo recogió de entre las olas y lo observó; se parecía al cristal rosado que traía Luchia. Como era verde, Hannon pensó en Rina y en regalárselo. Después de esto Hannon volvió al Hotel.

Entró y se dirigió a su habitación y terminó sus figuritas de origami.

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⏰ Last updated: Oct 15, 2017 ⏰

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