Capitulo 25

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REGALO DEL DIA DEL AMOR Y LA AMISTAD, LAS REQUIERO<33

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Capítulo 25
"ADN"

Narras tú:
Luego de eso, un sueño me inundó. Me fui a dormir, fue como si alguien manejara mi cuerpo.
Cuando logré conciliar el sueño, ilusiones inundaron mi mente.
El hermoso y perfecto rostro de Harry, sonriéndome. Esa imagen era perfecta, lo único que necesitaba para estar tranquila y en paz.
De pronto, su rostro desapareció haciéndome desesperar.
- _______. – Me llamó una voz, a la cual seguí. - _______, eres muy tonta.
- Tonta tu hermana. – Le dije molesta.
- ¿Anna? A veces.
- Oye, Anna es mi hermana. – Le dije burlona.
- Por eso mismo.
- ¿Eh? – Pregunté confundida.
- Soy tú.
- Lindo chiste. – Le dije riendo.
- Soy la parte de ti que admite todo lo que le sucede.
- Oh, me alegro, porque esa parte no sale mucho de mi interior.
- Lo sé, por eso aquí estoy, en tu sueño, me dejaste salir en él.
- Bueno, esto parece una película, dime lo que tengas que decirme. – Le ordené.
- Tienes que admitir lo que sientes, o luego te hará mal guardártelo, aunque ya lo has confesado, pero sigues sin admitírtelo a ti misma.
- ¿Qué cosa? – Pregunté fastidiada.
- Que amas a Harry, y lo necesitas contigo ahora.
- Oye, eres graciosa. – Reí fuertemente.
- No soy graciosa, soy sincera. Ahora, admite que esos hermosos ojos verdes, mejor dicho, esas esmeraldas verdes te vuelven vulnerable.
- No lo hacen.
- Lo hacen. Está en su ADN, solo él nos quita el aliento, lo sentimos todos los días, y eso es lo que lo hace un hombre, no es difícil de entender. Es perfecto en todos los sentidos, lo vemos en su rostro. Nada más que decir, está en su ADN.
- ¿Qué estupideces dices? – Le pregunté molesta, haciéndome la idiota.
- ¿Lo aceptarás de una vez?
- ¿Podría aceptarlo solo esta vez y desahogarme? – Mi “otra yo” asintió. – Es extraño. – Me senté en ese negro y raro suelo, mientras miraba la nada. – Como antes era la chica fiestera y rebelde, y de repente llega él que rompe todos mis esquemas y me saca una sonrisa con la más mínima tontería. Pero, hay un problema… Él es el mujeriego, sé que no arriesgaría nada por mí, porque, al final… Soy lo que nadie está buscando. – Dije tristemente.
- ¿Cómo sabes que él no arriesgaría nada por ti?
- Lo sé, su personalidad me confiesa todo.
- Sus ojos, eso es lo que confiesan todo completamente. Dile lo que sientes, y si él te dice que te ama, mira sus ojos, sentirás que estás en otro mundo si sucede lo que te digo. – Me aconsejó para luego desaparecer con una cálida sonrisa.
De pronto, desperté agitada y con… ¿Lágrimas rodando por mis mejillas? Extraño.
Todo lo que sucedió en ese sueño me hizo reflexionar. Tenía razón, ambas yo tenían razón. Yo no lo admitía, y también rompió todos mis esquemas. Rompió mi esquema, alguna vez dije que jamás me enamoraría, dije que jamás algún chico me confundiría, dije que jamás algún chico interferiría en mi vida, dije que jamás sería vulnerable ante alguien… Aunque, cuando pensé que sí podría enamorarme… Dije que lucharía, haría todo por esa persona. Y esos esquemas, están rotos. Estoy enamorada, él me está confundiendo, él está interfiriendo en mí, soy vulnerable ante él… No estoy luchando por su amor.
Me levanté de mi cama y fui al comedor, quería algo de tomar.
Recogí una botella de agua helada y la bebí de tres tragos.
“Está en su ADN” me repetía en mi cabeza.
Un ruido me hizo borrar todos los pensamientos de mi cabeza y dar un respingo. Volteé y me encontré con Marc, el profesor.
- ¿Qué haces aquí, linda? – Me preguntó con una sonrisa pícara en sus labios. Se acercó a mí y me agarró de la cintura.
- ¿Sabes? Ahora veo porque el destino me trajo aquí. – Le sonreí hipócritamente.
- ¿Sí? – Asentí. - ¿Para qué?
- Para esto. – Dije seriamente y le pegué una patada en sus partes. – No puedo creer como caí tan bajo, jamás me encontraré contigo en ningún lado, idiota. Vete a conquistar a tu abuela, tal vez ella no te rechace.
Me alejé de él dejándolo allí en el suelo, retorciéndose de dolor. Solté una leve carcajada mientras me dirigía a mi cuarto, pero escuché una pisada.
- ¿Otra persona más? – Murmuré. - ¿Qué falta? ¿Un camionero gordo, grasoso y violador? – Me pregunté a mí misma. Una carcajada se oyó, y la reconocería en cualquier lado. – Ricitos, ¿Qué haces aquí? – Intrigué, era Harry, obviamente.
- No podía dormir.
- Oh, somos dos. Bueno, solo que yo tuve un hermoso sueño. – Admití sonriente, él se acercó a mí.
Verlo allí, con unos pantalones anchos pero de tela fina, una musculosa blanco, que remarca sus tonificados y bien formados brazos y su abdomen.
- ¿Estás viva? – Preguntó pasando una mano frente a mí.
- Sí, lo siento.
- ¿Te sucede algo? – Preguntó preocupado con el ceño fruncido.
- Te amo.
- Yo también te amo.
- Perdón, no sé ni lo que digo.
- Ni yo.
Me levanté, le di un beso y me fui.
Eso fue realmente incómodo y confuso.
Me quedé dormida.
Al despertar, me vestí y fui a desayunar.
- Hola, chicos. – Saludé a todos, pero Hazza no estaba. - ¿Y Harry? – Intrigué.
- Con Alexandra, creo. – Explicó Azul. Pero eso se respondió solo, al ver a Harry entrando al comedor a los besos con ella.
- Oh, son un asco juntos. – Aseguré riendo.
- ¿Celos? – Preguntó burlón, peor bromeando, Niall.
- Sinceridad. – Corregí.
- Harry, no te sientes con ellos, digo, esas estúpidas te harán quedar mal. – Escuché a la teñida.
Me paré y me acerqué a ella.
- Perdóname, reina de Inglaterra. – Ironicé con una sonrisa falsa. Ahora que me doy cuenta, ella era unos 10 centímetros más alta que yo, un detalle menor.
- Oh, sal de mi camino, enana. - ¿Pueden creerlo? Justo en este momento me dice esto, cuando me doy cuenta de la altura.
- Puedo ser pequeña, pero tengo todo lo que quieres. Popularidad, Harry… - Dije mirando al techo, moviendo mis ojos de aquí para allá inocentemente.
- Querida, Harry y tú se odian. – Me dijo riendo. Lo observé a él quien me miraba extrañado.
- Oh… Entonces… ¿Por qué haría esto? – Agarré a Harry del cuello de su camisa y lo besé. Como ya dije, sí, lucharía.
- ¡Suéltalo! – Me empujó de él.
- Tú no me dices que hacer.
- Oh, cállate.
- Tú no me dices que hacer, - Le aseguré. Cada vez que decía una palabra me acercaba más a ella. – perra. – Finalicé.
- Ya, vámonos, Alexandra. – Se la llevó Natalie.
- ¡¿Qué diablos te ocurre?! – Me gritó en un susurro Harry. Ignoré sus palabras y lo besé apasionadamente, sin importar nada. – No te entiendo. – Me dijo agitado cuando nos separamos.
- Yo tampoco me entiendo. Lo único que sí entiendo, es que te amo. – Lo besé cortamente haciéndolo sonreír.
- No te importa una mierda nada, ¿Verdad? – Me preguntó y negué con la cabeza.
- No, no ahora.
- ¡Dios! ¡¿Por qué eres tan perfecta?! – Me gritó fuertemente, y sí, todos oyeron.
- No lo soy, pero mejoré desde que conocí el amor por ti.
- Te amo. – Susurró sobre mis labios para luego besarlos. - ¡¿Oyeron todos?! ¡Amo a _______ Cooper! – Exclamó. Todos estaban boquiabiertos, con la mandíbula por el suelo.
- ¡¿Oyeron todos?! ¡Él me ama a mí, no a ustedes! – Les grité sacándoles la lengua.
Nos dirigimos a la mesa y los chicos nos miraban como si tuviéramos un mono en la cabeza.
- ¡Lo sabíamos! – Gritó felizmente Liam. Todos comenzaron a saltar como estúpidos locos.

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Feliz diiiiaa chicaaas, lectoraas, amigaas, hermanas y todos los significados positivos las readoro, aqui tienen un lindo regalitooo.

Jesuandraa laaaaaaaaaas saludaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaa

Chica Mala (HS)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora