Lo vi sonreír y fue la primera vez que note lo guapo que era, me sonroje sin poder evitarlo y agradecí que en ese momento haya salido.
A los pocos segundos volvió acompañado por una enfermera y por la manera en que lo miraba supongo que se sentía bendecida de poder ayudarlo. No pude evitar sentirme más nerviosa al presentir que ella estaría más atenta al doctor que a mí, aunque honestamente no podía culparla.
Note como el doctor se acercaba a mi y pasaba suavemente sus dedos por mi herida, al instante volví a cerrar mis ojos, mientras contaba mentalmente los segundos, sentirlo tan cerca me estaba dejando con lo nervios desechos y si a eso le agregamos los puntos que necesitaba mi herida, lo mas probable es que me diera un ataque de algo.
- Listo, espero que no haya sido tan malo
Por cierto puedes abrir los ojos.
- Gracias
– Sabía que estaba roja como un tomate
- Y bien fue tan malo.
- ¿Honestamente? – Una musical risa lleno el lugar.
- Por supuesto.
- Nada de mal – No pude evitar sonreír, como tampoco evitar ruborizarme cuando él me devolvió la sonrisa.
- Bueno, Srta. Miller me alegro que esto no haya sido tan malo.
- Yo màs Doctor
- Que torpeza la mìa, soy Derek - Estiro su mano para que la estrecharamos.
