Capítulo 02

610 50 5
                                    

Darla y yo caminamos por el campus de la universidad hasta el estacionamiento, las dos estamos hablado sobre la idea de tener nuestra propia marca de ropa.

- Bueno Hannah, ya me voy -dijo la castaña con una mueca-. ¿Quieres que te lleve a tu casa?

- No Darla, Jack dijo que pasará por mí -Dije contenta.

- Esta bien, nos vemos pronto, cuídate -se despidió de mí.

- Igual, te quiero -dije acercándome a ella y dando un gran abrazo.

-También yo -acepta mi abrazo y al separarnos, camina hasta su coche, se sube, se volvió a despedir con su mano junto con una enorme sonrisa típica de Darla y desapareció.

Pasaron alrededor de cinco minutos y me canse de estar parada, me acerque a una banca solitaria que había ahí y me senté en ella.

Pasaron unos diez minutos más y me parecía raro que Jack no aparezca, él siempre es puntual, así que lo llame, no podía esperarlo más, soy bastante desesperada. Saco el celular de mi bolso y marco el numero de Jack.

Suena una vez.

Suena dos veces.

Suena tres veces.

Me desespera.

Suena cuatro veces.

- Hola -responde.

- Jack, ¿dónde estas? -trate de sonar lo menos desesperada que pude.

- Sigo en la sesión de foto, ¿Por qué? ¿Pasa algo? -dijo preocupado.

Lo olvidó, ¿como pudo haberme olvidado? se que su trabajo lo tiene bastante ocupado, pero el prometio que iba a venir por mí.

- Lo olvidaste -pronuncie apenas audible.

- ¿Qué? ¿Olvid...? -hubo una pausa-. Hannah, lo siento, estuve completamente ocupado, saldré ahora mismo por ti -de verdad que sonaba angustiado.

Calmada Hannah, respira, no te enojes o empeoraras las cosas.

- No, no pasa nada, quédate ahí, sigue tu sesión de fotos, me iré caminando -dije lo mas calmada posible, al parecer no funciono, porque fue más bien, un tono de voz desesperado.

- Hannah, no, iré por ti, se que odias esperar y que estas tan enfadada conmigo, pero solo espérame unos minutos, estaré enseguida ahí, ¿si? -Jack sonaba agitado como si hubiera corrido.

- No Jack, ya te dije que me iré caminando, adiós -no quería empeorar las cosas, así que colgué.

Respiro profundo, cierro los ojos y intento no llorar.

Me levanto de aquella banca y camino hacia mi casa, que quedaba bastante lejos. Pienso en la idea de llamar a Darla y decirle que me lleve a casa, pero no, no quería molestarla ya que el trayecto de la escuela a casa es largo.

Darla, una chica un poco mas baja de estatura que yo, cabello negro azulado y ondulado, bastante delgada, piel bronceada, unos bellos ojos color gris y a no ser que la conociera, diría que es una modelo, y lo mejor es que ella es como mi hermana. la hermana que nunca tuve.

En cambio, yo soy casi todo lo contrario a Darla, piel blanca, ojos verdes, alta -pero no demasiado- cabello rubio y totalmente lacio, soy delgada, pero no tanto como Darla.

Oigo el motor de un auto a toda velocidad que viene a unos cuantos kilómetros me detengo y volteo para saber que loco es el que va en ese auto.

Al voltear veo un auto totalmente familiar y sonrió. El auto se para aun lado de mi y baja la ventanilla. Ese loco es Jack.

- Hola preciosa, ¿quieres que te lleve? -dice con su voz seductora y como si no me conociera.

Sonreí aún más pero no quería que me viera así que baje la cabeza y seguí caminando. Al notar eso, Jack me perseguía a la misma velocidad que mis cortos pasos.

- No -contesto tratando de parecer enojada.

- ¿Por qué? ¿No quieres que alguien tan sensual como yo te lleve a tu casa? -dijo resaltando en la palabra "tu".

- No -reí.

- Vamos, se que quieres que te lleve conmigo -suspira-. Salí sin permiso de mi trabajo solo por ti y sabia que estarías enfadada conmigo por olvidar venir por ti así que te compre una sorpresa -dice en un tono divertido.

- ¿No te regañaran o algo así? -pregunto dudosa sobre salirse de su trabajo sin permiso.

- Sufriré las consecuencias -se alza de hombros.

- Mmm y... ¿Qué es mi regalo?

- Una sorpresa -alargó la palabra.

- ¿Me gustará? -pregunto dudosa.

- Te encantará -asegura-. ¿Subirás al auto?

- Esta bien, pero solo por que me encantará tu sorpresa -digo subiéndome al auto.

- ¿Cómo te fue? -dice contento.

- Muy bien, tengo importantes noticias -digo demasiado entusiasmada.

- ¿Ah si? ¿Cuáles son? -pregunta interesado.

- No sé por donde empezar -digo dudosa.

- ¿Vamos a cenar y ahí me cuentas? -propone.

Jack, el siempre tan detallista.

- Esta bien -sonreí.

Ibamos en el trayecto a un restaurante hablando de cosas sin sentido y bromeando cuando escucho un pequeño ladrido, pensé que era mi imaginación ya que desde hace tiempo he querido un perro pero no he tenido tiempo de comprar uno por falta de tiempo. Volví a escuchar un ladrido.

- Jack -lo llamo.

- ¿Si? -dice raramente.

- ¿Escuchaste eso?

- ¿Qué cosa? yo no he escuchado nada -contesta nervioso.

Jack era bueno en muchas cosas, menos en mentir.

- Un ladrido -dije entrecerrando los ojos-. ¿Me estas mintiendo?

- N...no -bufó.

Luego se escucha como si estuvieran rasguñando algo.

- Jack -lo amenazo.

- Esta bien -se resigna-. Busca una caja rosa con un lazo rojo, ahí esta tu regalo.

Sonrió y mientras conduce le robo un fugaz pero significativo beso, me sonríe y vuelve mirada hacia al frente con su encantadora sonrisa que es por mi, me quito el cinturón de seguridad -que me había puesto cuando subí al auto- y busque la caja con el lazo rojo, vi un monto de suéteres, los aparte y... ¡ahí estaba la caja!

La tome en mis manos y la lleve a mi asiento del copiloto, me senté y sentí la mirada de Jack a mi lado, la caja era mediana, ni tan pequeña pero tampoco tan grande, tenia agujeros y un gran lazo rojo que rodeaba la caja. Volví a escuchar el agudo ladrido. Desato el lazo y quito la tapa de la caja. Y para mi sorpresa ¡Es un Pug! un pequeño y hermoso Pug. No contengo la emoción y emito un pequeño grito.

- Jack, es muy hermoso, gracias -digo mientras tomo al pequeño en mis manos y literalmente tiro la caja para los asientos de atrás del auto.

- Pequeña -me corrige Jack, mientras ríe.

- ¿Es una hembra? -digo aun más emocionada-, no puedo creerlo, miles de gracias -digo dando pequeños besos al pug.

- No hay de que agradecer, amor -dice sonriendo-. ¿Cómo la llamaras?

No había pensado en eso.

- Mmmm...

Y antes de poder decir algo mi celular comienza a vibrar en mi bolsillo. Lo tomo en una de mis manos y miro la pantalla. Él.

- ¿Quién es? -dice Jack al ver mi cara de confusión.

Observo a Jack mientras respondo la llamada.

- ¿Finn?

Shouldn't come back *editando.Where stories live. Discover now