Capítulo 4: "Adiós Finn..."

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Me desperté con una estúpida sonrisa estampada en mi rostro. Hoy estoy de muy buen humor. Me levanté primera que todas y me fui a bañar para luego ir a clases.

Y ahí fue cuando mi mundo se comenzó a derribar. 

Clases.

Lunes.

Claro, mucho no podía durar mi buen humor por la mañana. 

Agarro mi celular y lo enciendo para poner un poco de música, y ahí es cuando mi día comenzó a empeorar, más de 100 mensajes y llamadas de mi madre, y ¡UN MENSAJE DE MI PADRE! ¡MI PADRE SE HA ACORDADO DE MI EXISTENCIA! 

¿Por qué mierda me habían llamado tantas veces?

Y luego lo recuerdo. No había llamado a mamá desde que había llegado. Pongo “Llamar” y espero temerosa a que mamá me atienda.

-¡¡¡¡¡ADELINE PIERCE!!!! –Me grita la voz chillona de mi madre, y enojada, y decepcionada y...aliviada, de que estoy viva.

-Mamá...uhm, perdón. En serio, apenas llegamos tuvimos un inconveniente y luego recorrimos la escuela y...nos hicimos muchas amigas y la verdad es que...lo siento, se me ha pasado. Por favor, perdóname –le digo atropelladamente. Nunca pido perdón. A la única que le pido perdón es a Trinity, y muy pocas veces.

-Oh, claro que te perdono, te entiendo –me dice divertida. Mierda. He pedido disculpas y se lo toma tan...normal. ¡HE PEDIDO DISCULPAS! ¡YO! Gente ignorante.

-Gracias – Le mascullé. –Tri está durmiendo, supongo que luego te llamará. Como hoy es el primer día de clases pienso bañarme en este mismo instante, hablamos...algún día, saludos a Finn –digo rápidamente. ¿Soy la única que tiene problemas para hablar por teléfono tanto tiempo?

-Uhm...hablando de Finn...hija, tengo que decirte algo…–Balbuceó mi madre. –Finn… ha fallecido. –Y ahí, el puto primer lunes de cárcel, se convirtió en uno de los peores días de mi vida.

***

Estábamos todas desayunando, bueno, en realidad yo no toqué la comida, algo anormal en mí. Todos en la cafetería miraban curiosos a nuestra mesa, o mejor dicho a Trinity y a mí, seguramente por nuestras caras afligidas y llorosas..

-¿PUEDEN DEJAR DE MIRAR, MALDITOS INFELICES? BÚSQUENSE UNA PUTA VIDA –Exclamé cuando las miradas y los susurros comenzaron a molestarme. Luego de eso se callaron todos, me volví a poner sobre mis brazos. Luego los murmullos volvieron a subir en la cafetería, pero ya no era nada acerca de nosotras.

-¿Se puede saber qué es lo que les pasa a las pobres princesitas? –Escuché la voz de algún gemelo decir con actuada lástima.

-Pasó que ustedes nacieron –escuché que respondió Tri. 

-¿Eso no es algo genial? Pues creo que están llorando de la emoción entonces –respondió alguno. Levanté mi mirada para encontrarme con los ojos de Ryan, él estaba abrazando a una feliz Ann. Entrecerré los ojos, luego miré a mis amigos por respuestas, todos sacudieron la cabeza y se cogieron de hombros. Chase estaba rodeando la cintura de Angie, los dos muy...pegados.

¿Hacía menos de 24 hs sus novios les habían “metido los cuernos” y ahora estaban todos cogiendo de nuevo?

Le mostré el dedo medio a Ryan y volví a enterrar mi cabeza en mis brazos.

***

En clases presté muy poca atención, por suerte no me tocó ninguna con los gemelos, pero sí con algunos de mis amigos. Y todas con Tri. Las dos estábamos muy tristes, podía notarlo en su cara, y sabía que la mía estaba igual. 

Guerra de gemelosDonde viven las historias. Descúbrelo ahora