-¡Señorita Thompson! ¡A dirección! ¡Ahora! -ladró el viejo amargado.
Le lancé una mirada a Tyler, el cual esbozó una sonrisita y cuando pasé por su lado susurró:
-Mucha suerte, señorita Thompson -bromeó y apuré el paso mientras una sonrisa se instal...
Me levanté con el sonido de la alarma, la apago, me refriego un poco los ojos y observo la hora.
5am... 5am... 5am ¿Qué debía hacer a esta hora?
Vuelvo a dejarme caer en la cama, cierro los ojos y doy un brinco al recordar lo que tenía que hacer.
Mala idea.
Caigo de lleno contra el piso causando un sonido sordo, hago una mueca y ladeo un poco la cabeza al observar una vieja caja de pizza debajo de la cama. Extiendo la mano y saco la caja de su sitio.
-Desayuno express -murmuré y tomé un trozo mordido de pizza, la acerqué a mi naríz asegurandome de que no tuviera feo olor y al no oler nada extraño la muerdo -Bien, nada raro -hablé con la boca llena y me senté en la cama con la vieja caja de pizza en mi regazo. Comí dos trozos y corrí a darme la ducha más rápida de mi maldita existencia.
Volví al cuarto en ropa interior y me vestí con lo primero que encontré. Unos shorts de jean rasgados, una camiseta de donas, unas zapatillas blancas, unos lentes de sol y un gorro que no pintaba nada, pero que me gustaba
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Observé las largas escaleras y luego fijé la mirada en mis maletas. Me encogí de hombros y les di un empujón tirandolas escaleras abajo.
Para mi desgracia mamá salía de la cocina y tropezó con el montón de maletas, cayó de cara contra el piso e hice una mueca.
¿Quién lo diría? No fui la única en besar el piso esta mañana.
-¡Zoey! -chilló y sonreí inocentemente.
-¡Vamos mamá! Perderé el vuelo -dije bajando las escaleras corriendo, tomé ambas maletas y abrí la puerta.
Detrás mío escuché las mil y un quejas de mi madre sobre mi comportamiento, pero poco me importó.
Metí las maletas en el maletero y luego me subí al asiento del copiloto mientras esperaba pacientemente a que se subiera al lugar del piloto.
(...)
-Llamame o mandame un mensaje si necesitas algo, cuidate mucho y mandale saludos a tu hermano de mi parte-dice mi madre.
-Si mamá-le digo.
-Último llamado para los pasajeros del vuelo 247 a California-dice una voz femenina por los altavoces.
-Te quiero hija! Y tu moto y auto llegaran el domingo-dice mi madre, nose porque pero siento que esta feliz de que me vaya.
-Yo también te quiero má... Bye!-le dije mientras le daba mi boleto a la azafata.
Me subí al avión y por suerte me toco al lado de la ventana, al lado mio se sento un chico de tez pálida, ojos mieles, su cabello es castaño oscuro levantado hacia arriba, labios carnosos, la verdad nose cuanto tiempo me lo quede viendo pero parece que se dio cuenta, porque giro su cabeza y me vio.
