Deprimida

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Estaba recostada sobre mi cama, llevaba aproximadamente 3 días sin bañarme (lo sé sonaba asqueroso), y sin algún contacto con el mundo exterior, ¡claro!, ¿quien tendría ganas de salir con el corazón hecho pedazos?, tenía mucha ventaja ya que estábamos en vacaciones y no tenía que asistir al colegio.

Se preguntarán ¿porque estaba de tal forma?...
Bueno, se trataba de mi primer amor ese a quien quieres tanto, su nombre era David, bueno el me trataba de lo más fantástico, comenzamos a ser novios en sexto de primaria, aún recuerdo que se me declaró por Facebook <ya se todo un cobarde>, entrando a la secundaria conoció a una chica de mi clase llamada Kimberly, me ponía celosa cada vez que se le acercaba (es una zorra de primera, se besaba con cualquiera que se le pusiera enfrente), recuerdo que cuando terminó conmigo ella se acercó a consolarme, la muy hipócrita <hija de perra>, y desde antes que me terminará ellos ya tenían algo, me enteré por una amiga muy cercana a Kimberly, llamada María, por cierto era muy linda, salía con un chico llamado Beto de mi clase también, eran de los populares de la secundaria, Kimberly y María se la pasaban engañando a su parejas todo el tiempo, bueno en fin me enfureció aún más que él prometió serme sincero y no lo cumplió como muchas de otras cosas, pero lo peor de todo era que no podía renunciar a él duramos 8 meses, y lo amaba a pesar de todo, fue el chico con el que di mi primer beso y bueno...yo sabía que era un patán mujeriego y no me importó y bueno, en todo caso fue mi culpa, pasaron días, cuando un día mientras veía una revista de modas, se encendió mi teléfono ¿y quien creen que era?, ¡si!, mierda era el, era David, conteste sin pensarlo.
—¿Bueno?
—Hola Cami, debemos hablar, por favor espérame en el deportivo que está por la escuela donde estuvimos.
—Bien, te veo allá en ¿1 hora?.
—Está bien, nos vemos en un rato.
Salté de la cama, tome una ducha, y me puse la mejor ropa que encontré, era un pantalón de mezclilla con una ombliguera blanca con puntos negros, me maquille un poco, me puse algo de base, polvo, me enchine las pestañas y me puse un labial rojo que encontré entre mis cosas, le invente a mamá que iría con Mariana, una buena amiga mía desde la infancia, la conocí desde que entré a la primaria y salíamos a todos lados juntas, en ocasiones se quedaba a dormir en mi casa, y mi mamá le tenía mucha confianza.
Mi mamá odiaba a David porque siempre hacia sus bobadas, y yo terminaba sufriendo, desde esta última vez, me dejo muy en claro que no me quería ver cerca de él, pero lo amaba, ¿que más podía hacer?.
Entonces camine al lugar citado por David, y ahí estaba, vestía una camisa a rayas azul con negro y unos jeans de mezclilla, no era muy alto, me senté a lado izquierdo de el, no dirigimos palabra alguna unos minutos, hasta que él rompió el silencio.
—¿Y cómo estás?
¿Enserio me preguntaba cómo estaba? Quise decirle que mal pero a lo que salió de mi boca —Bien, respondí.
—¿Ya conseguiste alguien más?
No quería que supiera que en realidad estaba muy mal, así que mentí —Si
—¿Enserio?, me miró sorprendido.
—Si, ¿Porque no?
—No llevamos un mes de terminar y ya estás saliendo con otro.
—Eso mismo te lo repito yo a ti, ya lo sé todo, sé que estás saliendo con Kimberly, a mí no me ves la cara de estúpida, sé que me engañabas con ella, lo sé todo.
—¿Que? ¿Quien te dijo eso?.
—Eso no importa, ¡lo que importa es que me viste la cara de estupida!, le respondí gritando <estaba muy molesta>.
Entonces, me besó. Pude sentir sus labios una vez más...
Después de unos minutos, gire mi cabeza para safarme de tal beso.
Entonces sin decir nada, me fui de tal lugar, quería olvidarlo pero ¿como?, ¿cómo olvidar al gran amor de tu vida?, estaba tan confundida, llegue a mi casa y abrí la puerta, apenas entre y mamá comenzó a regañarme y cuestionarme.
—¿Donde estabas?
—En casa de Mariana mamá, te lo dije antes de irme.
—Tu hermana fue a buscarte y le dijeron que ni siquiera te habías parado ahí.
—Mamá por favor, discutiremos en otro momento. Subí a mi cuarto como pude, y me tire de nuevo en la cama a llorar, estaba destrozada y confundida por lo que había pasado con David. No sabía qué hacer, solo lloraba sin cesar.

Mi gran amor Where stories live. Discover now