¡A Brillar Estrellas de la Amistad! La Leyenda de los Jóvenes de la Eternidad...

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EPÍLOGO

"Eres nuestra pequeña princesa"

"Entréguenme a Nemesis"

"Tus padres murieron"

"¡¿Caballero de Athena?!

"Tu padre era el Caballero de Pegaso"

"Mi madre era la reencarnación de Athena"

"Buscare a mis padres y los traeré de regreso"

"Bienvenida Princesa"

"Tu cosmos es mucho mas fuerte de lo que piensas"

"Es una pluma de las Alas del Pegaso"

"Todos los dorados confiamos en ti"

"Era de esperarse de una semidiosa"

"Tu eres nuestra esperanza"

"Estoy orgulloso de ti"

"Yo soy quien quiero ser"

"Tu también tendrás un caballero que te proteja con su vida"

"Te queremos Kira"

"Te has convertido en nuestra Diosa"

"El Legendario Caballero de Bronce Seiya de Pegaso" 

"¡Papá!"

"¡Mamá!"

"Peleare por ti hasta mi ultimo aliento"

"Te dije que te protegería con mi vida"

"Yo nunca me encuentro sola"

"Todos los sueños y esperanzas de la humanidad están depositados en esta flecha..."

"Ruego a los dioses que algún día, logres entender lo valioso e importante que es el amor..."


~POV Kira~

 Dicen que al morir, ves pasar tu vida en fracciones de segundos... Y así fue... Todas esas palabras. Todos los momentos que viví. Todos los recuerdos que conserve. Todo, absolutamente todo, se repetía una y otra vez en mi mente. 

Comencé a abrir poco a poco mis ojos, siendo molestada por una brillante luz proveniente del horizonte. Sin duda, debía tratarse de la luz al final del camino. Intente alcanzarla, pero algo me detuvo... Mis manos estaban completamente vendadas, al igual que mi torso. Mi pecho, aun  me dolía, en especial sobre esa pequeña cicatriz que yacía cerca de la clavícula.  Parpadee mas de dos veces, aun incrédula por lo que veía. 

No se trataba de un sueño...

Mire a mi alrededor, me encontraba en una misteriosa habitación de madera, amplia y luminosa, gracias a una gran ventana que permitía entrar la luz del sol. No era capaz de reconocer el lugar, así que con mucho cuidado me puse de pie y me asome por la ventana.

Todo el perímetro se encontraba repleto de pinos y otro tipo de árboles. Definitivamente no me encontraba en casa de la Tía Seika, sino en una cabaña en medio del bosque. 

¿Por que? Me preguntaba, mientras que un millón de posibilidades bizarras  acudían como respuesta. 

De repente, escuche un ruido proveniente de la parte baja de la casa, por lo que me vestí rápidamente con unos jeans azules y una blusa de manga larga roja ajustada al cuerpo que estaban tendidos sobre una silla, unos converse del mismo color que encontré bajo la cama y mi preciado dije. Cepille mi cabello con mis dedos e inmediatamente baje las escaleras, deslizándome por la barandilla hasta tocar el suelo, donde di un pequeño salto, que casi hace que me caiga de la impresión.

Saint Seiya: Controversia En El OlimpoWhere stories live. Discover now