Capitulo uno

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Llámame señorita marginada.-Capítulo 1

Porque 2+2 no siempre son 4. Porque el blanco puede ser negro. Porque el negro son todos los colores. Porque lo más fácil no siempre es lo acertado. Porque lo bello no siempre tiene que ser atractivo. Porque lo suave puede ser resistente. Porque a veces el silencio duele más que las palabras. Porque sin ti mi vida no significa nada.

I

Le miras... a simple vista puede ser una niña pasada totalmente por normal pero Aymee es una chica a la cual siempre se le dificultó hacer amigos.  Desde el primer día que entró  a la educación preescolar, fue apartada y rechazada por todos los de su alrededor. Y aun cuando ella nunca encontraba una razón del porqué los demás le trataban de esa manera. En realidad, honestamente ella no podrías decir con exactitud por qué precisamente ella de entre todos los demás niños tenía que ser tratada de esa manera tan cruel por todos sus compañeros, pero  así fue desde siempre; todos los niños de su clase no hacían más que decirle comentarios despectivos y de burla, siempre dirigidos para ella, para la niña desadaptada y solitaria.

 Muchos incluso sugieren que era sólo porque tenía un don, un don para que la gente la odiara y rechazara aun sin conocerla. Ciertamente era absurdo pensar que una niña con adorables rizos era apartada de esa manera tan dura, pero aun así Aymee siempre se imaginaba que solo lo hacían porque no la conocían bien—eso decía su hermana también— ella solía secar sus lágrimas y le decía que un día se darían cuenta de lo realmente hermosa y agradable que ella era. Pero ella le mintió, eso nunca sucedió. Jamás le dieron un oportunidad de poder jugar con ellos, nunca le dieron una oportunidad para conocerla mejor, más sin embargo, siempre pensó que al ser una niña tan indefensa y tímida, de las que si molestabas no hacían nada más que llorar por su desdicha, fue suficiente para que todos los días, todos los días de su maldita estadía en preescolar fuera acosada y detestada.

Los niños a veces podían llegar a ser tan crueles sin siquiera saberlo.

 Lo que ellos menos pensarían era que en el fondo de ese pequeño corazón ella estaba sola—sin contar a su hermana Gemma y a su mamá—ella se encontraba sola y triste. Y era su casa, el único refugio donde podía llorar en silencio sin tener que dar explicaciones.  Y aun así al entrar a su nueva escuela luego del preescolar y pensar que esta vez haría cambiar todo, que esta vez si se adaptaría y conseguiría amigos, rápidamente se dio cuenta de que estaba totalmente equivocada.

Sus compañeros aún se dedicaron a apartarla y tratarla mal, muchos de sus antiguos compañeros de preescolar aún se encontraban ahí, y esa fue la gota que derramó el vaso.

        Y aun así esos años que vivió en su nueva escuela fueron aún peores.

 Siempre siendo la única que se quedaba sin pareja cuando había un trabajo de pares, siempre siendo la única apartada cuando se tenían que hacer equipos, siempre siendo la última escogida cuando hacían algún juego o deporte, siempre siendo la única que comía sola en los descansos, y que nadie nunca tomaban en cuenta. A veces la trataban mal, y a veces realmente hacían como si fuera invisible y nadie pudiera recordar que ella estaba ahí, con los ojos llorosos rogando que le dejaran incluirse a sus tontos juegos. Y a pesar de todo y a pesar de todos sus intentos fallidos Aymee jamás logro encontrar un amigo, jamás pudo encajar en ningún lugar y eso era aún más triste, ver siempre todo los grupitos en el patio y cafetería y no poder pertenecer a ninguno.

Llámame señorita marginada.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora