diez

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Eso me pareció realmente raro, porque nunca había recibido un mensaje de ella. Pensé que se había olvidado que en su teléfono estaba mi número.

¿Estaba abajo? ¿Enserio quería salir conmigo? Host, estas rara hoy.

-Hola - Dijo cuando salí por la puerta y cerraba esta con las llaves. Me sorprendió mucho su tono de voz, era cálido, no como siempre. Hablaba como cuando lo hacía con Tyler. Le sonreí, pero ella solo hizo una mueca.

Se que algún día, Host iba a sonreírme. Haría todo lo posible para que eso pasara.

-¿Cómo estas? - Le pregunte mientras caminábamos por la cuadra que nos llevaba al cine y me miro. Me la imagine sonriendo, lo cual fue bastante raro, porque por un momento pensé que había sido real, que Hayley me estaba sonriendo como si fuera el mejor día de su vida.

-Bien - Se encogió de hombros - ¿Vos? - Me sorprendí bastante, pero no lo hice notar. No pensé que ella iría a preguntarme si yo estaba bien o por el estilo. Nunca lo hizo - Debo decirte que me pareció raro que me mandes aquel mensaje, no pensé que te acordaras de mi número.

-No es difícil olvidarse cuando tengo menos de veinte contactos - Y devuelta paso algo a lo cual no pude reaccionar. Ella trato de sonreír. Levantó las comisuras de sus labios y me miro radiante, o creo que con esa palabra estoy exagerando.

La mire sin que ella se diera cuenta, ya que iba ocupada mirando el paisaje que nos rodeaba, los cuales solo eran árboles muy altos y casas carísimas que nunca en mi vida podría pagar si lo hacía yo solo. Llevaba las mismas zapatillas de siempre, sus piernas estaban cubiertas por unos largos jeans los cuales parecían tener un dobladillo, estos daban la idea que eran mas largos de lo común. Parecían pertenecer a un chico. En su torso llevaba puesto un buzo azul el cual tenía unas letras en su parte delantera, pero no podía ver lo que decían. Su pelo estaba atado en una colita, dejando ver su cuello y ver que tenía una marca de que se había quemado con algo. No le pregunte, quizás se ponga nerviosa si ve que la estaba mirando detenidamente. No tenía un cuello flaco, aunque parecía cuidado, era regordete, pero no mostraba una papada. Su nariz era regordeta también, pero encajaba perfectamente en su cara. Ojos grandes, marrones (aunque eso no lo podía ver en ese momento, solo podía ver uno).

-Deja de mirarme - Me dijo codeándome y luego miro a otro lado. Volvía a levantar sus comisuras, pero por alguna razón, no quería mostrármelas. Vi su mejilla. Estaba rojo, como un tomate.

Y por un momento, pensé que quizás empezaba a despertar algo en Hayley.

Y por otro momento, ella también empezó a despertar algo en mí.

¡!

Cuando salimos de ver la película, ella parecía dichosa, como si hubiese sido la mejor película que vio en la vida. Lo cual era algo extraño, porque la película no era tan buena.

Le invite un helado, pero dijo que ella pagaría, ya que yo había pagado por la película y lo que comeríamos adentro. "Discutí" con ella sobre eso, pero me terminó ganando. Le agradecí por cuidar mi billetera y ella volvió a levantar la comisura de sus labios. Aunque sabía muy bien, que ella quería reír.

Los helados los comimos en la plaza que estaba enfrente de la heladería. Mucho verde por todos lados, por lo cual ella se puso muchísimo mas contenta, me contó que su color favorito era el verde, porque cuando era chiquita le encantaba jugar a los Tortugas Ninjas con uno de sus amigos de la infancia.

Hayley tenía la misma imaginación que yo, al parecer.

Una fuente adornaba el centro de la plaza, pero no era una fuente de los deseos ni nada por el estilo. Esta solamente salpicaba agua de arriba de todo, dejando que esta caiga por los varios pisos y al fin chocara con el agua de al fondo, mojándonos un poco. Ella abrió muy grande la boca y luego se subió arriba de las orillas de la fuente, para caminar por todo el borde. Miré a los costados mientras me reía, no había mucha gente en la plaza. Algunos chicos jugaban en donde estaban los juegos y los padres los supervisaban. No había nadie conocido y el guarda de la plaza no se mostraba por ninguna parte, por lo tanto éramos libres de hacer lo que queramos.

Cuando dio una vuelta completa me extendió la mano y pensé que era una completa mentira y que eso no estaba pasando. Hayley me estaba tendiendo la mano. La agarre mientras le sonreía y me paraba arriba de la fuente. Pero todo salió mal. Tenía mucha fuerza y al tener nuestras manos juntas, hice que caigamos al agua, pero lo peor era que además de estar mojados de la cintura para abajo, la lluvia nos mojaba, dejándonos totalmente llenos de agua.

Me reí y vi como ella también quería hacerlo, pero no lo hacía, por lo que solamente hacía lo mismo de siempre, levantar las comisuras. Estaba feliz de que ya no haga tantas muecas. Se desató su pelo, dejándolo suelto y más mojado aún. Movió su cabeza como si fuera un perro recién bañado y volví a reírme.

Luego de una gran reprimenda por el guarda de la plaza, nos fuimos a casa mientras me reía y ella hablaba con un tono totalmente alegre. Me hubiese gustado que ella se riera conmigo, aunque no emitiera sonido, se que ella lo hacía.

-¿Queres que te acompañe a tu casa o vas a dejar que te vallas sola sin decirme nada como ayer? - Le dije en tono de chiste, pero a la vez la estaba cuestionando. Quería saber el extraño comportamiento que hoy no había salido en ningún momento.

-Perdón por eso- Dijo sin mirarme, lo cual no me hizo enojar ni nada por el estilo. Pero hubiera sido mejor que me mirara - Estaba... Apurada.

-O quizás solo lo hiciste porque Drake entró en la casa.

-Drake no me molesta.

-¿Y por que no le hablas entonces?

-Tyler - Y no dijo nada más, por lo cual pensé que ella seguía sintiendo cosas por el morocho, pero después saqué esa conclusión de mi cabeza, ya que ella misma le había dicho que no eran nada y que no le hable.

Cuando estaba acompañado de la gente y no hablábamos, solía ponerme nervioso e inquieto, pero eso no me pasaba con Hayley. El silencio era cómodo, como si en ese momento no tendríamos porque hablar y el silencio hablaría por nosotros.

Al llegar a la casa, dos chicos estaban sentados en el pasto mientras jugaban con un camión  de juguete, lo cual me pareció raro por un lado, porque un chico parecía de nuestra edad. Supuse que eran los hermanos.

-Bueno, tiempo de despedidas.

-¿Despedidas? ¿No te voy a volver a ver? - Ella levanto las comisuras divertida y me la imaginé riendo.

-Te estoy diciendo que es tiempo que te vallas, tonto. No se si te das cuenta que estamos en la puerta de mi casa.

Me puse a observar la casa. Era muy grande, demasiado. Solo tenía dos pisos, la planta baja y el piso de arriba. Era espaciosa, tenía mucho fondo, eso se podría ver. También tenía pinta de ser vieja y que le faltaba demasiada pintura y la chimenea estaba sin terminar, o estaba rota.

Me sorprendí más al ver salir dos chicos de la casa. Parecían de quince años. ¿Cuantos hermanos tenía?

-¡Hayley! ¡Preséntanos a tu novio! - Dijo uno mientras ambos se reían y se sentaban al lado de los otros dos chicos, los cuales seguían con el camión. Mire la expresión de la cara de Hayley, no estaba disgustada, es más, parecía divertirse con aquel chiste.

-No les hagas caso - Me dijo después de darse vuelta y mirarlos - Se vuelven tontos cuando están aburridos.

-¿Son... son tus hermanos?

Pero no me respondió, solamente volvió a mirar para atrás. Eso me inquietó, quería saberlo enserio y ella no daba señales de aclarármelo.

-Luke, creo que tengo que decirte que la he pasado muy bien hoy. Gracias.

-Si no era por vos, no creo que haya salido a ninguna parte. Los amigos de Drake me invitaron, pero no quise. Creo que fue una buena elección - Le sonreí y tuve ganas de besarle la mejilla y que ella sonriera al ver mi acción, pero no lo hice.

-Me agradas - Me dijo y festeje en mi cabeza.

Me había ganado su confianza.


she | luke hemmingsWhere stories live. Discover now