Capítulo 4 (Parte II)

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Publicado Originalmente: Mediados del 2014

Versiones Pasadas: 4 de Julio de 2016, 31 de enero de 2020

— ¿Por qué tan callados los niños? ¿El gato les comió la lengua? —pregunto Roberto

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— ¿Por qué tan callados los niños? ¿El gato les comió la lengua? —pregunto Roberto. Ninguno les respondió—. Tenían que ser tres pares de mocosos.

—Sabes perfectamente que eres un ser indeseado. Deberías largarte a amenazar a otras personas —escupió Marina con una sonrisa inocente.

—Y tú sabes perfectamente que eres otro ser indeseado. Estamos a la par, princesa.

Ella hizo una mueca de desagrado.

— ¿En serio? Qué curioso, al menos a mí todos me quieren. En cambio tú, ni siquiera has sido capaz de ganarte el amor de mi madre.

—Escuche algo de un crucero —dijo entre dientes—. ¿Les gusto lo que dije? ¿Lo de los dos suicidios en pleno viaje? A mí me hace mucha ilusión, si soy sincero.

Los chicos tragaron saliva. Ese hombre les producía miedo en algunos momentos. Cada palabra que salía de su boca podía hacerse realidad. No sería la primera vez que lo intentara.

—Debería largarse y dejarnos solos —dijo Marlene con bastante resentimiento.

—Además, no se meta en conversaciones ajenas, idiota. No hablábamos con usted para empezar —continuo Víctor.

—Sin contar que suena mejor el título "Hombre se suicidó por no poder matar a sus futuros hijastros" ¿Qué te parece? Ese me gusta —menciono sarcástica Marina mientras tenia los brazos cruzados.

Roberto respiro hondo. Esos mocosos le estaban fastidiando los planes y eso no podía ser así. Simplemente no podía.

—Les diré algo claro a ustedes. Su dinero será. No me voy a cansar hasta hacerlos desaparecer del mapa. Los voy a matar muy lentamente para que aprendan que conmigo nadie se mete. Son unos incordios que les gusta salirse con la suya y lo mejor es que su amiguita los acompañara.

Marina sintió un viento helado y lo miro con ganas de matarlo en ese momento. Pero ella no era como él. No es una asesina.

— ¡Vete al infierno Roberto! ¡No te saldrás con la tuya! Te quedaras con las ganas de vernos en una tumba —grito Marina y este sonrió burlonamente.

—Ya estoy en el infierno y créeme es muy bueno —le contesto este alejándose de ellos sin esperar respuesta.

— ¡Lo voy a matar! —gritó Marina fuera de si—. Es un imbécil.

Roberto entro a la habitación de su prometida y la miro a ella en la cama. Se encontraba dormida. Se acercó hasta ella y se sentó a su lado. Le acaricio el rostro. Noto como ella se veía más relajada mientras dormía. Le miro el cuerpo entero y comenzó a desearla completamente.

Marina: No quiero perderte (HDM #1) © (Disponible en papel y digital)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora