RC: Descubrimientos

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Los ojos de Darren se abrieron de pronto, se levantó desconcertado y vio su alrededor. Estaba cerca de una cascada a orillas del agua, con arboles del otro lado y su follaje rojizo, que algunas de sus ramas bajaban hasta el agua. Bajó la vista hacia ella, era azulada y se dio cuenta de que el agua no era azul por naturaleza sino por unos cristales de ese color en el fondo de esta.

Dio un paso para entrar en el agua y sintió, además de la leve corriente impulsada por la cascada, una pequeña corriente eléctrica al en su pie al contacto con el suelo. Tomó un poco de agua con sus manos y la tragó, era dulce. Ahí se dio cuenta de que el vidrio de su casco estaba roto y su traje con brechas rodeadas de un color negro que dejaban al descubierto su piel.

Podía respirar el aire de ese planeta, había oxígeno y el agua era dulce, era como la Tierra. Agarró con sus manos uno de los cristales azules y de nuevo sintió una corriente eléctrica esta vez en su mano, esa corriente se acompañó de pequeños rayos azules que salieron del diamante e hicieron contacto con Darren.

Y recordó que esa misma corriente eléctrica pero mucho más potente fue la que lo electrocutó la última vez que estuvo con sus colegas de la expedición. Un poco asustado aventó el diamante contra uno más grande pero blanco. 

La piedra azul causó pequeños rayos al chocar con la más grande. Darrren se volvió a la cascada y recordó su caída por el barranco, si en esa parte había corriente entonces él pudo haber sido arrastrado hasta llegar ahí.

Volteó hacia el diamante blanco y grande y vio que éste vibraba, se preguntó qué podía ocurrir y luego ondas sonoras provenientes de la roca de cristal lo impulsaron por el aire hasta hacerlo cruzar la cascada.

Cuando llegó al suelo en el interior de la cascada, se sintió adolorido, rodó en el piso con un metro de profundidad y se levantó. Sentía su cuerpo aplastado por lo que se tuvo que arrodillar, gimió de dolor y se tocó el estómago. 

Esperó un poco a que el dolor pasara y se levantó de nuevo. la cueva en la que estaba no era muy alta pero se escuchaban los ecos de sus gemidos. Miró arriba y vio cristales blancos, luego a los lados y vio lo mismo pero de diferentes colores, los había de color morado, verde, azul, amarillo. dorado, plata e inclusive transparentes. 

Interesado caminó con dificultad por el agua hasta llegar a la pared, el primero que apreció fue uno transparente, no era tal cual pero no tenía color en específico, lo sujetó e intentó jalarlo hacia él  y lo logró, era inútil tratar de desprenderlo pero se quedó sorprendido por lo fácil que le fue.  

Del cristal empezó a emanar un color blanco, su primera reacción fue soltarlo pero antes de poder hacerlo desapareció de ese lugar. 

Ante sus ojos el panorama cambió drásticamente, parecido a cuando se cambia de escena en alguna película. Pasó de ver un muro lleno de estas piedras a ver la aeronave en la que él y sus colegas habían llegado a ese planeta. 

Estaba detrás de un árbol desde una pequeña colina, el cielo en ese mundo siempre era gris como si estuviera nublado pero en esa ocasión era distinto, el cielo entre ratos brillaba de blanco, como relámpagos que aparecen en el cielo de la Tierra. Eran muchas partes en las que estos "relámpagos" ocurrían. Fuera de la nave se encontraba uno de sus amigos colegas estudiando el cielo, haciendo anotaciones sobre el ambiente.

De pronto unas esferas algo deformadas descendieron del cielo, el hombre asustado, dejó de anotar y entró rápido en la aeronave. Las esferas no cayeron totalmente al suelo, se detuvieron en el aire.

—¡Ya viene la tercera, enciendan los motores! —dijo el hombre que estudiaba el clima en ese momento.

Entró a la nave y poco después la gravedad en ese lugar se desvaneció cuando las esferas brillaron, todo en ese lugar se empezó a elevar sin importar su masa, incluso un poco de arena blanca del suelo. Darren se sostuvo del tronco de un árbol  y algunas hojas y ramas se desprendieron del follaje de éste.

La aeronave enorme que se parecía mucho a un avión enorme se elevó igual y los motores se encendieron para poder equilibrarse. Darren los podía ver a ellos pero ellos a él no, por un momento casi se suelta pero pudo volver a sujetarse.

La falta de gravedad duró sólo segundos, casi el minuto, en cuanto ésta se restableció el avión espacial se hubiera dado un fuerte golpe si no fuera por los motores que lo mantuvieron aún en el aire.

En cuanto todo terminó las esferas volvieron al cielo, entre las nubes grises que daba al cielo un aspecto nublado. 

Finalmente Darren bajó de la colina hasta que lo visualizaron.

—¡Darren! —corrieron sus principales colegas.

—Creímos que te habíamos perdido cuando el rayo...

—Sí —se apresuró a interrumpir—. Y... Morgan ¿qué son esas cosas que bajaron del cielo?

—Que bueno que preguntes, se podía decir que este es un estado del clima en este mundo. Han pasado veinte minutos y seis Periodos de Gravedad Cero.

—¿Periodos de qué?

—Gravedad Cero.  Como dije, hace veinte minutos el Cielo Gris empezó a centellar y luego esas esferas cayeron, esas cosas controlan la gravedad cuando brillan, tardan cuarenta y tres segundos exactos en el aire y todo vuelve a lo normal y esas cosas vuelven al cielo.  

—Wow, si que es raro.

—Sí. Y hablando de raro ¿cómo es que puedes respirar? No hay oxígeno aquí.

—Cierto Darren.

—No lo sé, igual me es extraño, desperté en un valle donde habían cristales... —y se detuvo en seco. 

Miró hacia la colina de la que bajó recordando el diamante que lo había llevado hasta ahí. Tenía que estudiarlo.



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⏰ Última actualización: Oct 06, 2016 ⏰

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