Capítulo 02 «¿Qué tanto miras?»

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Debby

—Vamos cariño, acompáñame a la carrera de esta noche— Pidió Dean, quien atrapaba mi cintura con una de sus manos, mientras yo tenía una de las mías sobre su pecho para evitar que el mío chocara contra el suyo —Sé que quieres ir. Vamos, ven— insistió.

— ¿Y que gano yo con ir a esa carrera, eh?— Pregunto con una sonrisa juguetona. Dean sabía exactamente que las carreras no eran lo mío. El olor a combustible, la gente gritando y las miles de chicas chillonas eufóricas por el corredor galán no eran exactamente algo que me encantara presenciar.

—Dinero—ladeaba una sonrisa muy confiada. —Mucho dinero. Ya sabes de las grandes apuestas que se hacen en las carreras, Debby, además, estoy seguro que esta noche no voy a perder— Él me dijo muy confiado. A veces su exceso de confianza llegaba ser agotador, pero era algo que admiraba de él — ¿Qué dices, nena?

—Vuelve a llamarme 'nena' y voy a golpearte esa linda cara que tienes— Lo amenacé. Odio que me llamen 'nena'. Me hace sentir una chica cualquiera.

—Dejaré de decirlo si me acompañas.

Me lo quedo pensando un rato, hasta que finalmente decido responder.

—Bien. Tú ganas. Te acompañare a tu estúpida carrera— rodé los ojos y él solo sonrió victorioso. —Pero más te vale que ganes, Dean.

—Claro que lo haré— aseguró.

Demian

Me monté sobre mi motocicleta y aceleré mientras el motor rugía a cada segundo. Pasaba a través de los autos y pasaba por alto los semáforos. Me tocaban la bocina, pero no me importó. Pase por las casi pobladas calles de San francisco y pude mirar el Golden Gate. Muy pronto lo vería para la carrera de esta noche.

Seguí mi camino hasta mi apartamento. Desmonte mi motocicleta y la deje estacionada. Me dirigí  hasta mi habitación. Habitación muero 169.

Mi número. Pensé. Reí ante mis propios pensamientos. Que idiota.

Una vez adentro me deshice de mi chaqueta y de mi ropa en general. Quedándome solo en bóxer. Entré al baño. Quería darme una ducha y quitarme este olor a alcohol, cigarrillos, sudor y perfume barato de mujer de encima.

Mientras abría la llave de la ducha y me introducía en esta, las gotas caían en mi piel desnuda y tatuada. Pase el jabón por mi cuerpo limpiado cualquier rastro de suciedad.

Luego de la corta ducha y de estar seguro que de ese desagradable aroma había desaparecido de mi anatomía, cerré la llave y me dispuse a salir del baño para poder arreglarme para esta noche.

Sequé mi cuerpo con una toalla y luego de mi armario, saque unos bóxer negros, unos levis también negros, una playera manga corta blanca, y claro, mi infaltable chaqueta de cuero negra ¿Cómo podría olvidarme de ella? Mi estómago hace un estruendoso rugido. Joder, tengo hambre. Me dirigí hacia el refrigerador y lo abro.

Mierda, no hay nada, nada de nada. ¿Cuándo fue la última vez que compre algo para llenar esta cosa?

Tendré que ir a comprar comida, con lo que odio tener que hacerlo. Tomo algo de dinero, mis llaves y mi celular, el cual está muriendo, será mejor que lo deje cargando.

Salgo de mi departamento y decido no ir en moto. Caminar me hará bien ¿no?

Cerca, no a muchas cuadras del edificio en el cual vivo se encuentra un mini market donde usualmente compro mercadería y todas esas cosas.

Saco una canasta para poner la mercadería y me dispongo a buscar. Recojo algunas pastas, salsas y verduras. Odio comprar sopas instantáneas o todo lo que sea instantáneo en general. Prefiero cocinar yo mismo.

𝐃𝐀𝐍𝐆𝐄𝐑 𝐙𝐎𝐍𝐄 ➪ 𝐷𝑖𝑠𝑝𝑜𝑛𝑖𝑏𝑙𝑒 𝑒𝑛 𝐷𝑟𝑒𝑎𝑚𝑒. Donde viven las historias. Descúbrelo ahora