Epílogo

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Conducía por las calles sintiendo un peso enorme; era ahora o ahora y necesitaba que esto fuera rápido e indoloro. Louis iba en el asiento del copiloto, a mi lado. Lo miré de reojo y él se volteó a mirarme.

-¿Estás seguro, Harry? - preguntó con un tono de voz serio.

-Si, claro - respondí sin darle mayor importancia.

-Ten cuidado, Louis, puedes haces que se arrepienta - le dijo Dan desde el asiento trasero, iba sentado junto a Albert.

-Y ya de por si le costó tomar esta decisión. - agregó Albert riendo.

Seguí manejando, sin prestar atención a lo que decían. Repasé nuevamente las líneas en mi cabeza; debía dejar las cosas en claro, pero tampoco podía pasarme de la raya, aunque no quería que las cosas quedaran en la nada.

-¿Sabes que puedes abortar la misión en cualquier minuto, verdad? - Louis volvió a insistir.

Inhalé una bocanada de aire y la retuve por un momento en mis pulmones antes de responder. -¿Aprendiste lo que te pedí?

-¿Qué? quiero decir, si lo hice pero...

-Entonces todo sigue en orden. No voy a abortar ninguna misión - afirmé con fuerza.

Por debajo de la radio del auto que no dejaba de sonar, podía seguir oyendo la respiración nerviosa de Louis, así como la conversación de Dan y Albert.

-¿Crees que se enoje? - preguntó uno de ellos, no logré descifrar cuál de los dos y tampoco quería mirar por el espejo retrovisor; mi vista estaba fija en el frente, mi mente perdida en lo que haría unos minutos después.

-Ya lo conoces... - señaló el otro, dejando espacio para la interpretación.

***

Estacioné el auto frente a la casa, intentando no bloquear el pequeño estacionamiento. Me bajé antes que el resto, de alguna forma estaban esperando a que me arrepintiera. Los miré entrecerrando los ojos, preguntándoles con mi mirada porque aún no bajaban. Ellos se dieron un vistazo rápido y salieron del vehículo al mismo tiempo.

Toqué a la puerta con brusquedad, quizás más de la que debería haber utilizado. A los pocos segundos se escuchó un '¡Ya voy!', y luego se abrió la puerta, dejando a Audrey a la vista.

-¿Harry? - preguntó extrañada - ¿qué estás haciendo aquí? ¿Por qué no me avisaste que venías?

-Hola, cariño - la saludé intentando no sonar muy cursi; Louis y los chicos estaban detrás mio, juzgando cada uno de mis movimientos - Es lindo verte, pero vine por tu papá.

-¿Qué? - casi llegó a exclamar ella. Sus ojos pasaban de mí a quienes tenía detrás.

-¿Esta Joe? - seguí preguntando, sintiéndome mareado de pronto.

-Él...sí está - respondió desconcertada. - Ya vuelvo - añadió más tarde, mirándome fijamente, como si hubiera adivinado a qué venía.

La puerta se cerró y en los breves segundos que tenía antes de que volviera a abrirse, me di la vuelta y me dirigí a mis amigos.

-Por favor necesito que esto salga bien, solo tengo una oportunidad para que resulte y si algo sale mal todo se irá a la mierda y entonces yo... - dije lo más rápido que pude.

-Oye, Harry - me interrumpió Louis - todo saldrá bien.

Lo quedé mirando por un instante, sin parpadear -Gracias.

-De nada, ahora date la vuelta y haz lo que tengas que hacer - respondió él, sonriendo.

Volví a lanzar un suspiro, mi último aliento antes de que todo terminara o empezara, según el ángulo en el que se viera. Me volteé justo un segundo antes de que la puerta se abriera, mostrando a una Audrey asustada, y a un Joe desconcertado.

Diamonds in the sun //h.s//Donde viven las historias. Descúbrelo ahora