Capítulo 2

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Publicado Originalmente: Noviembre 2013

Versiones Pasadas: 21 de abril de 2016, 31 de enero de 2020

Versiones Pasadas: 21 de abril de 2016, 31 de enero de 2020

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Marina caminó por la playa para relajarse un poco. Su amiga tenía razón. Tenía que pensar en algo rápido contra Roberto o de lo contrario él sería el que terminaría triunfando. No podía dejar que su madre cometiera el error de casarse con él. Roberto solo le interesaba la herencia que poseían, era muy ambicioso. ¿Qué hombre como el no desearía tener todo lo que su madre tiene? Su madre era una de las mujeres más ricas del país, sus hoteles eran por demás los mejores. Sin duda los hombres solteros y ambiciosos la tenían en la mira. Y vaya sorpresa que Roberto término siendo el afortunado. Ella suspiró agotada y se sentó en la arena. Comenzó a mirar hacia la lejanía del mar. Más allá del horizonte el sol estaba brillando en el cielo con su máximo esplendor, bañándola con su calor y las olas del mar iban y venían arropando sus pies. El sonido de estas al chocar le encantaba. Realmente sentía una tranquilidad muy difícil de explicar.

Su conexión con el mar siempre lo ha tenido de pequeña. Fue criada al lado de la playa, amaba la sensación de estar allí. Su cuerpo le pedía agua y ella no lo dudo demasiado. Como si su vida dependiera de ello, como si haciéndolo todo mejorara se levantó de la arena y se quitó la camisa dejando visible la parte de arriba del traje de baño. Era de color blanco con flores margaritas, sus favoritas. Entró al agua y se sumergió en ella.

Nadó con suma libertad, porque simplemente dentro del mar se sentía completa, segura y feliz. Adoraba todas las sensaciones que provocaba en su interior. Es como si fuera parte de otro universo externo que solo ella conociera.

Adoraba el mar, adoraba el cantar de los pájaros a lo lejos. Sentía que podía pasar horas dentro y no se ahogaría. De niña le gustaba jugar con su hermano en el agua. Ambos se quedaban dentro del agua y esperaban a que uno se rindiera. Ellos nunca se percataron, pero podían permanecer un tiempo más que el de los humanos. Para aquel entonces solo eran dos niños inocentes que solo amaban jugar. Betty todavía lloraba por las noches ocultando en su interior un secreto que debe ser contado. Ella esperaba algún día mirar a sus hijos a los ojos y contarle sobre sus verdaderos orígenes. Pero le era imposible hacerlo. Ya había pasado mucho tiempo y ya era muy tarde para confesarlo. Esperaba poder tener la suficiente fuerza como para decirles a sus hijos la verdad y así hacerles ver que siempre había una explicación para todo.

Marina siempre ha pensado que su madre todavía le guarda mucho amor a su padre. Juraría que la razón por la que siempre llora por las noches es por él y no por sus travesuras de adolecente. Pero eso sería simplemente imposible. Quizás y es solo una de las tantas locuras que pasan por su mente. En el fondo estaba segura que nunca se daría la oportunidad de conocerlo. No era una chica rencorosa, para nada. Jamás lo había sido. No soportaba verla llorar todos los días. Siempre había sido así. Lloraba en silencio ocultando todo lo que su corazón sentía. Odiaba que esta no confiara en ella. Que no le dijera la verdad de sus lágrimas. Siempre eran excusas baratas las que decía.

Marina: No quiero perderte (HDM #1) © (Disponible en papel y digital)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora