Capitulo 3

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Amara.

Me levanto y voy a la ducha a darme un baño, otra pesadilla mas, siempre es lo mismo, donde ella está allí muerta, llena de sangre, se me sale un par de lagrima pero las limpio rápidamente, salgo de la ducha y me seco, escojo una ropa interior color beige, un vestido negro con la espalda descubierta y en forma de V adelante, con este vestido no es necesario utilizar sujetador.

Busco unas sandalias altas color beige al igual que la chaqueta, dejo mi cabello suelto, un poco de maquilla y bajo, oigo ruido en la concina, debe de ser mi nana y es así.

—Buenos días nana.

—Buenos días mi niña, ya te sirvo el desayuno, tu madre llamó avisando que hoy tienes que recoger a la mellizos.

Asiento y como, hoy será un día largo, muy largo.

Al llegar a la empresa ya tenía a Jackson en mi oficina, revisamos unos documento para la campaña que tenemos que lanzar, al terminar de revisar dicho documento se retira, no sin antes recodándome de lo que dijo Nana esta mañana.

Me recuesto solo unos segundos, pero no duré ni un minuto y ya estaba sonando mi celular. Dice número desconocido, tomo un largo suspiro antes de contestar.

—Buenos días, habla Amara Hamilton.

Bueno día señorita Hamilton, habla Damien Anderson. Me imagino que sabrá el motivo del porque la llamo.

¡Ah! ya apareció, ni me acordaba que ya tenía a alguien para que yo fuera su sumisa, tanto trabajo esta mañana hizo olvidarme.

—Sí, si se señor, me imaginó que William le informó que acepte ser su sumisa, dígame cuando nos reunimos para hablar.

Veo que va al grano, me agrada que le parece hoy a las siete, yo le mando la dirección del lugar.

Siempre voy directo a los asuntos, odio no avanzar rápido en algo que me importa, siempre he sido así.

—Me parece bien, ya lo tengo que dejar ya que como usted tengo un trabajo, que tenga un buen día señor Anderson

igual señorita Hamilton.

Mentí sobre lo del trabajo solo ya quería colgar, odio hablar por teléfono asuntos que se tienes que hablar cara a cara. Veo que la hora del reloj marca las 10:30am, tengo que ir por los mellizos, dentro de una hora y media.

Veo que Marta entra con un gran ramo de flores azules y blancas, me sorprende ya que nadie me regala flores.

— ¿Quién manda esto Marta?

—No lo sé Amara, solo dijeron que se lo entregara, aquí hay una tarjeta.

La agarro y empiezo a leerla, sonrió.

Me alegra que haya aceptado ser mi sumisa señorita Hamilton, hasta la noche.

ATT: D.A

Guardo la tarjeta y veo las flores, en realidad son rosas, le digo a Marta que todo está bien y se retira. Son hermosas, no lo puedo negar pero ¿Por qué me mando flores?

Agarro mi bolso, mi teléfono y salgo de la oficina, le digo a Marta que me ausentaré todo el día que cualquier novedad me envíe un correo.

Salgo para la casa de mis padres, un lugar donde es el último lugar que quisiera pisar, llego en unos 15 minutos, aparco afuera y tomo un largo suspiro de frustración.

Odio venir a este maldito lugar, toco la puerta un par de veces hasta que mi madre sale.

—Hola cariño.

Mi Sumisa & Algo MasWhere stories live. Discover now