El día en que todo cambió

Estaba en una habitación luminosa y extraña, estaba en mucho mejor estado que todos los sitios en los que había estado antes pero aun así parecía algo vieja.
Lo último que recordaba era que había salido a buscar comida cuando "Ellos" me encontraron. Intente escapar pero me dispararon el la pierna y caí al suelo, tras escuchar otros disparos me quede inconsciente y he despertado aquí.
Me di cuenta de que a mis espaldas se encontraba una pequeña ventana por la que consegui distinguir a varias personas y numerosos edificios.
Derrepente escucho unos pasos me asuste pero fingí estar dormido.

Entra alguien en la habitación, cuya aperiencia delataba que se trataba de algun tipo de médico, y me dice:  -sé que estas despierto, no tengas miedo, somos todos del mismo bando. Una de nuestras patrullas escuchó disparos, te rescataron y te trajeron aqui. Estas en una de las pocas ciudades que aun siguen en pie, has tenido mucha suerte porque si no, seguramente ahora seguirías ahí tirada.

A diferencia de las ciudades antiguas, aquí intentamos que nadie sea superior a nadie, aquí nadie manda. Dentro de estas fronteras no tienes por que tener miedo a nada ni a nadie. El único peligro existe aquí es el exterior. - Continua explicandome como funciona la ciudad, en principio, cada uno puede dedicarse a lo que quiera (se supone que antes también era así pero me temo que todos sabemos que no). Parecía la ciudad perfecta, siempre y cuando fuera todo como me lo habían contado, no tendría ningun problema una vez que me recuperara.

Empece a imaginarme como sería la ciudad. Por lo poco que había visto através de esa pequeña ventana, se notaba que eran edificios bien conservados. No tenía ni idea de la vida que me esperaba allí pero definitivamente, tenía buena pinta.

Estaba bastante cansado así que tras pedirle al medico que me aclarara alguna duda sobre aquella ciudad, mejor dicho, que me lo aclarara todo, me dormí de nuevo.

Me desperté dos o tres días despues, tras acomodarme me di cuenta de que notaba algo raro en la pierna. Al mirar, descubrí que, por culpa del disparo que había recibido unos días atras, me habían tenido que amputar la pierna y en su lugar ahora tenía una especie de pierna robotica que me permitía andar con total normalidad. Logré ponerme en pie y, tras unos cuantos minutos tratando de acostumbrarme a mi nuava pierna, el medico me dijo que, si me sentía preparado, podía salir al exterior y añadió que, en cuanto saliera de allí acudiera a un lugar en la planta baja al que todo el mundo se refería como "El Taller" y que al llegar allí yab sabré lo que hacer.