La hija del diablo.

Ella, la chica más sexy, astuta, mala e inalcanzable del mundo.

Él, el chico que se enamoró intensamente y cree que nada es imposible...

Ellos, los protagonistas de una historia que ni Romeo y Julieta podrían igualar.

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-Puedes ir a la tierra y tenerlo todo sólo si cumples estas 3 reglas- Dijo el diablo a su primogénita.

-Te escucho- Contestó ésta mostrando interés.

-1. Causarás caos donde quiera que estes, ósea dejarás tu huella, recordarán tu nombre.

2. serás una vengadora de la vida, todo lo malo que te hagan se les devolverá el doble y te regocijarás de su desgracia.

3. no te enamorarás, solo juega. ésta es la regla más importante, usa tu belleza e inteligencia para el mal, no te enamores o conocerás el verdadero sufrimiento.- Finalizó el diablo enfatizando las últimas palabras.

-Pan comido, papi...- Dijo la chica sonriendo malevolamente mostrando su perfecta y aperlada sonrisa. El temible hombre correspondió el gesto de igual manera.

-Está bien... Ya sabes, has todo lo que quieras, tendrás todo lo que pidas y, cariño, hasme sentir orgulloso- Indicó el mayor.

-Lo juro- Un brillo sugestivo cruzó la mirada de la hermosa joven.

-¿Lo juras?- Preguntó su padre.

-Lo juro! como que me llamo JULIETTE ANGEL LUCIANA FERNANDEZ SANTANA- Respondió la chica completamente segura de sí misma. Una fuerte y estruendosa carcajada resonó a través de las paredes de la oscura habitación.

-Entonces te creo, recuerda hija eres PERFECTA pero de INTOCABLE corazón, puedes satisfacerte cuánto quieras tienes todo lo que necesitas.-El diablo miró a su hija seriamente, su estómago se contrajo al ver los familiares ojos de su hija.

-Lo sé, soy hermosa, inteligente, divertida, controladora, seria, alegre, convincente y todas esas cualidades que complacerían a cualquiera...- dijo ésta con arrogancia y completamente arribista. El diablo sonrió con nostalgia.

-Adiós hija...-

-Adiós papá.- Dijo la joven cerrando los ojos.

Sintió una suave brisa golpear su rostro, extendiendo una sonrisa por el mismo.

Ella no sabía que ese día tomó la peor decisión de su vida.