Provocada por el Deseo

Capítulo 2: Sorpresas

Capítulo 2

Nunca había estado más nerviosa en mi vida. Por una parte estaba deseando verle y por la otra, me asustaba. Mi mundo y el suyo eran completamente diferentes.

Decidí ir al centro comercial a mirar algo de ropa. Estaba segura que el restaurante que él elegiría sería elegante y que la vestimenta para acudir a él, tenía que ser impresionante. Sabía además que ese centro comercial tenía un parque infantil y estaba segura de que eso le encantaría  a mi hermano, mientras yo intentaba encontrar algo que ponerme con mi bajo presupuesto.

─ ¿Hermanita, porque no puedo ir contigo?

─Si quieres venir, puedes Timmy─ a lo que su hermano sonrió ya en la entrada del parque infantil del centro comercial─ pero voy a comprarme ropa.¿ No te importa?

─Mejor Timmy se queda en las bolas entonces, hasta que Becca venga─ eso nunca fallaba con él. Lo que menos le gustaba era probarse ropa y más aún si no era él quién tenía que hacerlo.

─Me  intento comprar un vestido y vengo a recogerte ¿vale?─ él asintió y yo me agache para darle un beso en su rosada mejilla─ Pórtate bien.

─Si hermanita─ vi como corría de la mano de la monitora del lugar y me aleje tranquila y dispuesta a encontrar algo que ponerme

No recordaba el cansancio que era probarte y probarte ropa, sin encontrar algo que me gustara y me pareciera adecuado a la misma vez. Hoy parecía una tarea, realmente imposible.

Media hora y diez tiendas después empecé a pensar en si podría ponerme alguno de los vestidos que tenía por casa y ahorrarme esta tortura y el dinero. Pensé en un vestido negro con mangas, que era lo último que me habían regalado mis padres y me dirigí a buscar a mi hermano. Eso era lo mejor que podía ponerme y así ellos de alguna manera estarían protegiéndome, algo que me tranquilizaría en la cena.

Sin embargo, una tienda se me había escapado. Un vestido rosa claro en tul con tirantes presidía su escaparate, me enamoré de ese vestido en un instante. Algo me invadió por dentro como atrayéndome hacía allí. Tenía que probármelo. Por primera vez, aunque después no pudiera comprármelo, entré en esa tienda para ver como estaría con él.

Para mi vendita suerte, las dependientas tampoco estaban muy atentas a los clientes y así, si no me la llevaba más tarde, la vergüenza era mucho menor para mí. Si la prenda era hermosa en el escaparate, era muchísimo mejor al tacto y verme el espejo me hacía sentir que mi vida podía cambiar con aquél vestido. Me sentía segura, hermosa, sexy, la mujer que estaba en mi interior había salido a la luz, después de tanto tiempo en las sombras.

Salí del probador al pasillo que tenía un espejo mucho más enorme y miré el precio. El vestido costaba sesenta euros. Un precio no muy grande para un vestido hermoso, pero que a mí me servía para que mi hermano y yo comiéramos durante dos semanas. No podía permitirme gastarme eso y menos a final de mes.

Pero la vida a veces, te da sorpresas que nunca imaginarías que podrían suceder. Aquello estaba claro que no era normal…─ ¿Qué demonios hacía él allí─ pensé.

Austin sostenía un traje gris perla detrás de mí. El solo imaginarme desabrochándole esa chaqueta, mientras estábamos tumbados en una cama, volvía a provocar que mis manos sudarán sin remedio del calor que me recorría. Me giré dispuesta a ocultar todo el deseo que me provocaba y seguir haciéndole creer mi indiferencia hacia él.

─Vaya señorita Wilson. No hubiera soñado encontrarla aquí ni en mis sueños más absurdos─ dijo con una sonrisa torcida que hizo que pudiera tardar unos segundos en contestarle.

─Podría decirle lo mismo. Tenía entendido que los millonarios como usted, no compraban en centros comerciales como todos los mortales, sino que se iban a la Quinta Avenida y se fundían su tarjeta de crédito.