El frío viento chocaba contra mi rostro. Invierno, aún lo recuerdo. La conocí una noche, una noche fría de invierno. Ella caminaba por las calles, el viento hacia que sus cabellos (c\c) volaran a su compás. La luz de las farolas era lo único que hacia que pudiera distinguirla dentro de la oscura noche. Jamás olvidaré esos bellos ojos (c\o), miraban el camino que tenía una leve capa de nieve.
¿En dónde estas ahora? No lo sé.
Después de ese día, no la volví a ver; a pesar de que la busqué. Pero más adelantados, en primavera, ella entró por la puerta del salón de clases. Mi corazón casi sale de mi pecho, mis ojos tenían cierto brillo que nunca pensé tendrían. Camino hasta mí, me sonrió y se sentó en el asiento a mi lado.
Con los días comenzó a hacer amigas, también amigos. No podía evitar ponerme celoso por los chicos que se le acercaban, aunque tampoco podría ahuyentarlos, ella tenía derecho a tener sus amigos. Nunca faltaba el día en el que me decía a mí mismo:-
"Vamos Haru, solo debes hablarle, un hola solamente. "
Pero simplemente no podía. Me congelaba al tenerla frente a mí, jamás había sentido algo como esto. Nunca.
Terminaron las clases, nunca le hablé. Me arrepentí por ello. Nuestras miradas se cruzaron muchas veces, demasiadas que sería imposible siquiera intentar contarlas. Jamás me sentí tan mal por no hacer algo en mi vida, hasta ese día.
Verano, las vacaciones de verano terminaron. Las clases comenzaron de nuevo, segundo año de preparatoria. Había pasado todas las vacaciones diciéndome a mí mismo que cuando la viera le confesaría mis sentimientos. Al entrar a el salón de clases, con una gran sonrisa y el corazón latiendo como si fuera a salirse de mi pecho caminé hasta mi asiento. Pasaron las horas, las clases y la hora de irse a casa llegó.
¿En dónde estas ahora? No lo sé.
Así como pasaron los días, pasaron los meses. Ella se había ido.
Otoño, las hojas de los arboles caían al suelo. A pesar de todo, yo siempre la seguí esperando, siempre. Cada día despertaba con la esperanza de volver a ver sus ojos (c\o) una vez más, sólo una vez más. Pero eso no ocurrió. Mi corazón sufría, sufría demasiado por su ausencia, mi corazón la extrañaba.
Si tan sólo le hubiera hablado, le hubiera confesado mis sentimientos, ahora ella posiblemente estaría conmigo; o no.
Invierno, aquí estamos otra vez. Me encuentro sentado en una banca, en el parque. Es tarde pero no me importa. Aquí, justo aquí en este parque la conocí, justo aquí me enamoré. Las lágrimas no tardan en salir, mojando mis mejillas. Soy un idiota, un completo idiota.
Una silueta, veo una silueta entre la oscuridad. Mis lágrimas caen, yo ya no puedo controlarlas. Un año, un año enamorado de ella, un año sufriendo por ella. Te amo, me enamoré de ti como un idiota pero ¿en dónde estas?
Ahora lo sé. De entre la oscuridad, una chica de cabello (c\c) y ojos color (c\o) salió. Caminó hasta mí, con una dulce sonrisa y una mirada llena de preocupación.
-Nee, Haru-Kun... -dijo deteniéndose frente a mí. Tomando con sus manos mi rostro -. ¿Qué te sucede?
Tomo con mi mano derecha su brazo izquierdo. Me gustaría pensar que esto no es un sueño, eso me gustaría.
-¿Esto es un sueño?
-No, Haru-Kun. ¿Debería serlo? -preguntó riéndose en tono bajo.
Esto no es un sueño. No lo es. No perderé la oportunidad.
Jale su brazo despacio, con cuidado para no hacerle daño. Ella me miró, confundida. Unos pocos centímetros, solo unos pocos centímetros más y sentiría esos bellos labios rosados que tanto había soñado sentir. La cercanía la hacia sentir nerviosa, lo sabía.
-Nee... _______-Chan, te amo. -susurré antes de cortar la distancia.
¿En dónde estas ahora? Ahora lo sé.
