Capítulo 16

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CAPÍTULO 16

LIAM

No podía creer que Caroline hubiera aceptado y por fin pudiera llamarla novia. Nos pasamos el resto de la noche entre risas y besos y cuando ella dijo que ya era hora de irse a su residencia, le pedí que se quedara a dormir conmigo. Al principio se negó, pero la terminé convenciéndo diciéndole que no pasaríamos de los besos hasta que ella estuviera lista.

Para dormir le dejé a Caroline una camiseta mía y nos acostamos los dos abrazados en la cama. Ella puso su cabeza sobre mi pecho y no pasó mucho tiempo hasta que conseguí dormirme.

Al día siguiente me desperté y Caroline ya no estaba en la cama. Desde el pasillo llegaba un olor a bacon recién hecho, así que supuse que había ido a preparar el desayuno. Me levanté de la cama y me dirigí a la cocina. Cuando llegué me la encontré cocinando de espaldas a la puerta, lo que me daba una gran vista de su trasero que prácticamente no podía ser cubierto por la camisa que le había prestado. Una sonrisa se instaló en mi cara y fui hacia ella, rodeándola por la cintura

-Buenos días- le dije depositando un beso en su mejilla

-Buenos días- me dijo ella con una sonrisa y girándose para besarme

-Hum... me encanta despertarme y encontrarte en mi cocina, aunque me habría gustado más encontrarte en mi cama- le dije cuando terminamos el beso, haciendo que ella riera.

La ayudé a terminar de preparar el desayuno y cuando terminamos de desayunar nos sentamos a ver la tele en el sofá. Sin embargo, mis planes eran otros, ya que nada más sentarnos empecé a besarle el cuello.

-Para Liam- me decía-, me haces cosquillas

-No puedo parar... eres demasiado hermosa y eres mía, mi amor- sentí que su cuerpo se tensaba al escucharme llamarla así, pero supuse que era porque solo llevábamos saliendo una noche.

-Hum- se removió en su asiento y se separó un poco de mi- Hablemos- dijo

-¿Sobre qué quieres hablar?

-Pues... cuéntame como se conocieron Justin y tú- me pidió

-Justin y yo... Nos conocimos cuando su familia se mudó a una casa vecina a la mía. ¿Sabes? Justin no pudo haber llegado en mejor momento a mi vida, porque literalmente me la salvó

-¿Qué quieres decir?- me preguntó confusa

-Cuando Justin y su familia se mudaron a la ciudad, yo estaba en medio de un bucle de autodestrucción porque la única chica que había amado hasta el momento había desaparecido del mapa. Y todo por mi culpa, porque yo le destrocé el corazón- dije bajando la voz y cerrando los ojos

-Cuéntame la historia- me pidió

-Está bien, pero... prométeme que me dejarás terminar la historia antes de juzgarme- le pedí mirándola a los ojos. Cuando ella asintió comencé a hablar mirando hacia la tele, ya que no quería ver la cara de Caroline mientras le contaba la mayor estupidez de mi vida- Cuando tenía 15 años yo era el típico adolescente popular y estúpido. Estudiaba en un colegio de niños ricos y todas las chicas querían estar conmigo. Mis amigos y yo éramos los típicos idiotas y un día se nos ocurrió hacer una apuesta. Había una chica que era la típica nerd con aparato, trencitas y gafas y mis amigos y yo apostamos que antes de final de curso tenía que llevármela a la cama. Si ganaba la apuesta cada uno de mis amigos me daría 100 dolares. Si perdía, yo les daría 100 dolares a cada uno de ellos. Así que al día siguiente de hacer la apuesta empecé mi plan. La llamé mientras salía del instituto y le dije que me gustaba. Empezamos a salir, pero le dije que lo mantuviéramos en secreto para que no se burlaran de ella por estar conmigo. Poco a poco me fui olvidando de la apuesta y me enamoré de ella. El día que le dije que la amaba fue el día que hicimos el amor por primera y única vez. Yo estaba feliz y al día siguiente llamé a mis amigos para decirles que quería anular la apuesta y que estaba enamorado de ella. Quería pedirles que guardaran lo de la apuesta en secreto para que ella no se enterase y no lastimarla ni perderla. Pero ellos no me escuchaban, no hacían más que decir que seguro que quería dejar la apuesta porque sabía que iba a perder. Me terminaron obligando a decir que si me habia acostado con ella y ellos mencionaron la apuesta. Escuchamos un ruido fuera de la habitación, fui a ver de qué se trataba y vi que era ella. Ella había escuchado algo de una apuesta y quería saber de qué se trataba. Yo estaba muerto de miedo porque sabía que si descubría la verdad la perdería para siempre. Pero mis amigos, al parecer no eran tan amigos míos, sino que eran amigos de las apariencias, porque en lugar de ayudarme a conservar a la chica que amaba, le contaron todo sobre la apuesta porque según ellos, yo merecía algo mejor que un simple ratón de biblioteca- dije con toda la amargura que impregnaba mi alma derramándose sobre las palabras que aquellos idiotas dijeron sobre mi Caro-. Ella me dijo que me odiaba y después de ese día no volví a verla. Dejó de ir a clase, cambió de número de teléfono y se mudó a otra ciudad. Yo empecé a beber, a drogarme y a intentar consolarme con cada chica que pasaba delante mía. Me peleaba con todo el mundo, e incluso terminé enviando a mis supuestos amigos al hospital. Varias veces me llevaron a la cárcel y mis padres no hacían más que amenazarme con desheredarme, como si a mi me importara eso... Justo en ese momento fue que Justin llegó a mi vida y se negó a dejarme solo. Por eso me salvó, porque estoy seguro de que si Justin no me hubiera mostrado su apoyo seguramente habría acabado muerto con una sobredosis o en alguna de mis peleas.

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⏰ Last updated: Jan 05, 2016 ⏰

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Del odio al amor... ¿un solo paso?Where stories live. Discover now