𝕰𝖓𝖙𝖗𝖊 𝕸𝖊𝖑𝖔𝖉𝖎́𝖆𝖘 𝖞 𝕷𝖊𝖙𝖗𝖆𝖘 ©

¡¡¡Adios 2015, hola 2016!!!

Se va el 2015 y el 2016 está tocando ya a tu puerta. Es un buen momento para hacer un alto, mirar atrás y pensar en cambios. Analizar nuestros sueños, aspiraciones, proyectos... llámalos como desees; pero es tiempo de ver lo conseguido, aquello que no se logró y por supuesto, lo que esperamos conseguir este nuevo año.

Durante el año que nos deja hemos hablado de sueños, oportunidades, proyectos, retos, contactos, lazos, miedos, luchas, entre otras muchas cosas que forman parte de nuestro día a día. Y claro, del cómo todo esto afectó nuestra vida.

Puede que en el transcurso del 2015 no hubiésemos logrado todo aquello que nos propusimos; pero, ¿qué tanto puede esto, afectar nuestro futuro inmediato? ¿debemos darle tanta o poca importancia? Por lo poco o mucho logrado, hay que reconocer nuestra valía y que siempre habrán obstáculos en el camino; pero por sobretodo, debemos reconocer el esfuerzo y empeño invertido, las metas alcanzadas, los cambios efectuados, las lecciones aprendidas y que a pesar de todo que podemos lograr aquello que nos propongamos.

Aprendamos a perdonarnos por nuestros errores, equivocaciones, flaquezas, malas acciones, el haber dejado de lado las cosas importantes, por haber vivido con prisas y dejar de lado a los tuyos. Construyamos sobre esas huellas, para hacer de nuestro camino, una ruta segura y firme; y así, permítete disfrutar de cada momento y bríndate el mejor regalo del mundo: El Perdón.

El inicio de un nuevo año, es el momento propicio para plantearnos una renovación total: ser buenos con nosotros mismos, cuidar de nuestro interior, crecer como personas, y volvernos mejores cada día. Que sea el punto de ignición o de arranque y grabemos en nuestra mente a pulso el no dejar pasar las oportunidades que la vida nos da, siempre hacer lo correcto por ti y los demás, dejar los pensamientos negativos que nos destruyen y nos hacen tomar malas decisiones.

Busquemos hacer lo correcto, hacer el bien, crear mejor ambiente y actuar con dignidad. Seamos buenos aunque no nos lo agradezcan, incluso aunque no nos lo reconozcan. No importa, seamos mejores, seamos ejemplares, seamos como sabemos que debemos ser, personas correctas, auténticas, sinceras, dignas y buenas.

Enseñemos a nuestros niños lo que significa amar sin interés, pero también aprendamos de ellos, pues dentro de su inocencia son capaces de enseñarnos su mundo perfecto.

Empecemos a disfrutar de las pequeñas cosas, así podremos hacer grandes planes para nuestra vida. ¡Este año será nuestro, porque así lo hemos decidido, vamos a cambiar nuestra manera de vivir y mirar la vida con amor!

Y algo muy importante... seamos agradecidos: por el aire que respiramos, por el sol que nos calienta, el susurro del viento, la fidelidad de una mascota, el cariño de nuestros amigos, las palabras de ánimo, la mano que se nos tendió, los brazos que nos cobijaron... aprendamos a reconocer que esos detalles son parte de un todo, piezas importantes en nuestra vida.

¡Tenemos que hacer cambios! Pero todos los cambios han de comenzar por nosotros mismos. No es mala idea hacer planes, agendar nuestra vida, ser más organizados para ser excepcionales. No guardemos rencores, ni cosas innecesarias en nuestras mochilas, saquemos lo inservible para que se alivíane nuestra vida, por nuestro propio bien.